El humo del puro habano que l Miguel Ángel Jiménez encendió
al poco de cerrar su segunda ronda del Abierto Británico se expandía veloz en
dirección oeste en Muirfield, dejando el aroma de un líder relajado, de un
hombre veterano, hecho a sí mismo, de 49 años, genuino y que comanda el torneo más
antiguo del planeta.
Jiménez, 'The Mechanic' (El Mecánico) para los anglófonos
por su afición desmedida a los coches, 'El Pisha' para los andaluces y
españoles, exhalaba bocanadas de placer de su cigarro preferido, mientras mecía
su coleta rubia y rizada. A mitad del tercer torneo de Grand Slam del año, su
trabajo es el mejor: 68 golpes el jueves y 71 el viernes.
"He estado jugando al golf de elite durante 25 años y a
veces crees que son demasiados, pero estoy bien", reflexionó Jiménez
mientras con el dedo meñique retiraba un buen pedazo de puro consumido. Por
detrás de él, a un golpe, le acechan el sueco Stenson, el inglés Westwood, y
los norteamericanos Dustin Johnson y Tiger Woods. Pero el que mejor baila en
Escocia es, por derecho, un español.
El 3 bajo par de Jiménez en 36 hoyos fue inalcanzable, si
quiera, para el mejor del mundo. Tiger Woods, con 14 Grandes más que el inédito
español y 12 años menos en la espalda, figura acechante a un golpe, pero aún
detrás del campeón de más edad del circuito europeo y que, de vencer en
Muirfield, podría convertirse en el más longevo ganador del Grand Slam -ese
récord corresponde aún al estadounidense Julius Boros, quien con 48 años ganó
el US PGA en 1968-.
"Estoy en buena posición para el fin de semana",
dijo Tiger, claramente recuperado de su lesión de codo que le ha tenido sin
competir un mes, hasta su llegada a Escocia.
La frase, por tratarse de Tiger, es toda una amenaza para el
resto. Aunque si hay que comparar lesiones, el ligamento elongado de Tiger no
es nada comparado con la fractura de tibia que 'El Pisha' se produjo en
Granada, esquiando en Sierra Morena, al Sur de España. El accidente le tuvo de
baja cinco meses, hasta mayo.
"Claro que siento presión, porque lo que es importante
lo genera. Pero mientras pueda manejarla no hay ningún problema", dijo
Jiménez al European Tour y con su problema crónico de epicondilitis en el codo
izquierdo.
El español comprendió muy bien que el campo había cambiado
por completo con respecto a la víspera. El viento roló a oeste y los 'greens'
fueron regados y segados por la noche, lo que modificó su velocidad.
En esas condiciones, con un calor inusual en la zona (28
grados de máxima), la elite mundial sufrió más de lo esperado. Por ejemplo, el
ascenso de Phil Mickelson se frenó en seco con sus tres 'putts' en el hoyo 16
desde un metro (doble 'bogey').
Un pequeño error, una mínima duda, acababa con cualquiera.
Como le pasó al estadounidense Zach Johnson cuando caminaba como líder por el
hoyo 15: desde tres metros al hoyo 'tripateó', después de emplear más de cinco
minutos en intentar leer las caídas.
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