Su frío nombre, Aviación General, no le hace en absoluto
justicia al perfil de la mayoría de sus clientes. Desde principios del verano,
pero, sobre todo, tras concluir el Ramadán, a principios de agosto, la pequeña
terminal se ha convertido en un hervidero de maletas (a menudo, tan caras como
su propio contenido), comitivas de coches de alta gama y escoltas. Turistas de
alto poder adquisitivo, junto a empresarios y estrellas del deporte y de la
música llenan estos días el aeropuerto de vuelos privados, que está viviendo un
fuerte repunte respecto al año anterior, en consonancia con el renacer de
Marbella y su entorno como destino de gran lujo.
En lo que va de temporada, la operativa está siendo entre un
20 y un 30% superior a la de 2012, con una media de entre 35 y 40 operaciones
diarias, según pudo saber este periódico tras consultar con técnicos de estas
instalaciones y empresas de 'handling' especializadas en este tipo de clientes.
También los hoteles de la capital ponen de relieve una mayor presencia de
tripulaciones (pilotos, azafatas y técnicos). Desde Aeropuertos Españoles y
Navegación Aérea (Aena) se emplazaron al cierre del ejercicio para evaluar los
resultados.
Variedad de aviones
Aunque a menudo se tiende a relacionar a este tipo de
viajeros con aeronaves de pequeño tamaño, no siempre es así, y las fuentes consultadas
enumeran que en nuestro caso están
aterrizando jets de ocho plazas, pero también un buen número de aparatos tipo
'Global Express' y 'Gulfstream', de largo alcance y entre 12 y 14 plazas. E
incluso de mayor tamaño, como los Boing 737 y 767 y los Airbus A319, adaptados
en sus calidades, equipamiento y asientos a pasajeros con un poder adquisitivo
muy alto. No en vano, los expertos consultados señalan que el precio del viaje
varía según el tipo de avión y puede suponer varios miles de euros por cada
hora.
El perfil del cliente es variado, aunque se podrían
establecer tres grupos principales: los líderes árabes, principalmente saudíes,
qataríes y de los Emiratos, que comenzaron a llegar en gran número después del
Ramadán. Los magnates y mandatarios rusos y de países de la antigua órbita
soviética; y los europeos, principalmente empresarios y estrellas del deporte y
la música, con el festival Starlite de Marbella como referente.
Entre los primeros, uno de los pocos nombres propios que ha
trascendido es el del más poderoso, aunque también, el que menos tiempo ha
pasado este mes en la Costa del Sol. El príncipe Salman bin Abd al-Aziz Al
Saud, ministro de Defensa y príncipe heredero del trono de Arabia Saudí estuvo
apenas tres horas en su palacio marbellí, la Casa Blanca, hasta donde viajó
procedente de Tánger, al parecer para someterse a una revisión médica. También
se encuentra en el aeropuerto la jequesa
de Qatar, Mozah bint Nasser al Missned. Más allá de estas personalidades y sus
séquitos, la presencia árabe sigue siendo la más importante en el segmento de
lujo en la Costa del Sol, especialmente durante el mes de agosto.
Clientes Vip
Del segundo grupo destaca el presidente de Azerbaiyán, Ilham
Aliyev, que viajó a la provincia para descansar. Pocos nombres más entre una
comunidad cada vez más numerosa, formada, entre otros, por ejecutivos de
grandes compañías rusas y de los países del Este. A nivel político, aunque
procedentes de otras latitudes más templadas, también han elegido este destino
para descansar destacados dirigentes africanos.
Entre las estrellas del deporte y la música, el más habitual
este verano está siendo el futbolista galés Gareth Bale, a diario en los
titulares por los esfuerzos del Real Madrid por ficharlo. Precisamente, el
presidente del club, Florentino Pérez, es otra de las personalidades que se han
visto estos días en la terminal de Aviación General. El cantante Julio
Iglesias, su hijo Enrique, Mark Knopfler y el conocido DJ Avicci también se
cuentan entre los usuarios de estos servicios, que están viviendo una época de
esplendor en paralelo al resurgir de Marbella y la Costa del Sol como destino
de la 'jet'.
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