Fue Pregonero de la Feria de Churriana y reside en nuestra barriada
«No me voy a poner a hacer salsa, ni tengo ganas ni sé, pero
me gusta la idea de dar a todas mis canciones una mezcla de estilos que me
gustan», aclara Ojeda. Por primera vez, la batería y la guitarra eléctrica
pierden protagonismo en favor del piano y la percusión. Sus canciones «de toda
la vida» pasan ahora por el filtro de esta nueva «sensibilidad de géneros
añejos cubanos». Así por ejemplo, 'Sabor de amor' -un imprescindible en sus
conciertos- suena a un «híbrido entre bolero y son». 'Por ahí se va...' se
acerca a una batucada. Y suma y sigue. Lo hace posible una banda formada por
los músicos cubanos Daniel Amat (piano), Yohany Suárez (bajo y coros) y Bárbaro
Pimienta (percusión), y los españoles Miguel Paredes (guitarra, efectos y
coros) y Paco Vílchez (batería y percusión).
Buena respuesta
Pero los Hispano-Cubans -nombre en homenaje a los
Afro-Cubans que dirigió Machito en los años 50- no se limitan a los éxitos de
Danza Invisible mil veces tarareados por todos. Javier Ojeda lleva meses
componiendo temas inéditos que ya ha llevado al directo en alguna ocasión. «Y
la gente responde de maravilla. No se baja el ritmo del concierto», asegura
satisfecho. Después de años y años en los escenarios, es consciente de que eso
no es nada fácil. En su opinión, la clave está en partir de géneros tradicionales
y «subvertirlos», darles una vuelta de tuerca y hacer algo diferente que, sin
embargo, resulta familiar. «El reto está en hacer música que llegue a todo el
mundo pero con calidad», reflexiona.
Por eso, en esta nueva etapa Ojeda revisita la rumba, el chachachá,
el son, el swing, los boleros, el mambo y hasta el boogaloo. Admite que tras
décadas en el oficio, está un poco «cansado de la armónica clásica de la música
pop» y busca otras «más complejas», aunque también populares.
Todos estos ritmos caben en su próximo trabajo en solitario,
un disco que empezará a grabar a finales de este agosto para que vea la luz a
comienzos de 2014. No tiene aún el título definitivo, duda entre 'La paz' y
'Barrio de la paz'. Las letras y los sonidos transmiten ese buen rollo. Cuenta
que hay canciones con «mucha ternura, que incitan a disfrutar de la vida».
Otras, desde el recursos a la tercera persona, «hablan con sátira sobre
especuladores y gente de este tipo». Será una grabación entre amigos, con
colaboraciones de artistas como el batería y percusionista Coki Giménez (Danza
Invisible, M Clan, Amaral...) y el guitarrista flamenco malagueño Daniel
Casares.
«Una 'mamb-ópera'»
Sorprenderá con esta nueva faceta suya, pero sobre todo con
la presentación y puesta en escena del álbum. No quiere desvelar detalles,
prefiere mantener el misterio, pero avanza que será algo muy «ambicioso». «En
lugar de una ópera rock, será una especie de 'mamb-ópera'. Va a estar muy
chulo», anuncia.
Pero para eso aún quedan meses.
Reconoce Ojeda que siempre le han tirado los ritmos latinos
tradicionales. «Me han acompañado a lo largo de toda mi carrera, pero nunca
como ahora con tanta influencia jazzística», explica. La improvisación es parte
de los Hispano-Cubans. «Con estos músicos es inevitable», admite. Y acoplarse
no fue sencillo al principio. «Quienes tienen tradición de jazz no son amantes
de dejar las estructuras cerradas para que las melodías tengan vida en directo.
Mientras que en el pop es al contrario», argumenta. Pero la alianza ha
funcionado.
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