José Manuel López Aranda pasa su vida entre plantas de fresas. Este científico malagueño dirige el centro de Churriana del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de la Junta de Andalucía, donde se estudian genéticamente las fresas para crear variedades más resistentes y con un fruto mejor, entre otros proyectos de investigación.
Hace poco llegó de Florida, donde ha asistido a un encuentro de científicos de todo el mundo dedicados a la investigación agraria, en la especialidad de la fresa. Y ayer abrió su laboratorio para que 350 estudiantes de institutos de Churriana, Alhaurín de la Torre, Marbella, Puerto de la Torre y Málaga conocieran las instalaciones y los trabajos que allí se realizan, con motivo de la Semana de la Ciencia, que se celebra en toda España.
En este centro de investigación que él dirige trabajan unas 60 personas, entre ellas nueve científicos con sus correspondientes equipos. Cada uno tiene su especialidad. La doctora en Ciencias Biológicas Elsa Martínez lleva cuatro años estudiando el patrón de los cítricos (la parte inferior del árbol y las raíces) para conseguir un árbol que necesite menos consumo de recursos hídricos con la misma calidad del fruto e idéntica producción.
Cítricos con menos agua
En la finca Cortijo de la Cruz, en Churriana, donde se encuentra ubicada esta finca de más de 20 hectáreas, junto al aeropuerto, Elsa Martínez, que amplió su formación científica en Australia, está consiguiendo mandarinas de excelente calidad con hasta un 66% menos de agua en el riego. Otro compañero está estudiando la forma de hacerle frente a un ácaro que ataca las plantaciones de aguacates.
Una joven investigadora, por otra parte, se encarga de aplicar la biología molecular en la fresa para su correcta identificación a través de marcadores microsatélites.
En el citado centro, dependiente de la Consejería de Agricultura y Pesca, se custodian unas 700 variedades de fresas de todo el mundo, tanto cultivadas como silvestres. Se trata del banco nacional de germoplasma de fresas, el más importante de España y posiblemente de Europa, aunque ese calificativo no se lo oirán decir a López Aranda, que se mueve en la modestia y en la sencillez. Se conservan algunas variedades de fresas del siglo XVIII.
Todas están perfectamente protegidas en invernaderos (macetas) y, en otros casos, en cámaras frigoríficas (cultivos in vitro). «Tenemos una gran colección para hacer los ensayos científicos», apunta José Manuel López Aranda.
El futuro del pistacho
Esos conocimientos adquiridos con la fresa se ponen ahora al servicio del pistacho, «un cultivo nuevo en Andalucía, pero que se adapta muy bien en terrenos de secano y de regadío». Las provincias de Córdoba, Granada y Málaga son las más idóneas para el cultivo de esta especie. Aquí podría ser el pistacho un perfecto complemento al almendro.
Pero la pasión de José Manuel López Aranda es la fresa. Es autor de numerosos trabajos divulgativos sobre los éxitos conseguidos en sus investigaciones. Es invitado a dar conferencias y a participar en foros internacionales. Es una autoridad en la materia, un sabio. Su tesis doctoral la hizo sobre la plaga de la filoxera, que entró en 1885 y acabó con los viñedos de Málaga.
Las fresas que se cultivan en los campos de Huelva llevan el estudio genético de este malagueño de 60 años, que viaja por diversos países del mundo. Y de su laboratorio de Churriana salen las nuevas plantas de fresas hacia viveros de la comunidad de Castilla y León.
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