La puesta en servicio de nuevas infraestructuras viarias no es vista con los mismos ojos por todos los ciudadanos. En la urbanización Guadalmar el rápido avance de los trabajos del futuro acceso Sur al aeropuerto es visto como una amenaza por los vecinos, que aseguran que la nueva conexión directa desde la A-7 hacia la zona de las terminales traerá consigo una sobrecarga de tráfico en la travesía que deben utilizar a diario para entrar o salir de sus viviendas, y que se encuentra muy saturada.
Por ello, miembros de la comunidad reclaman al Ministerio de Fomento la construcción de un tercer carril, similar al que se ejecuta en la Ronda Este, que alivie el previsible aumento de vehículos tras la apertura del nuevo vial.
«Nos han dejado encajonados; nos las vemos y nos la deseamos para entrar o salir de nuestras casas, el colapso es permanente en Guadalmar, con cuatro o cinco kilómetros de colas diarias», aseguran los vecinos, que critican la ubicación del enlace hacia el aeródromo: «Va a meter mas coches en la zona, porque la gente utilizará esta entrada, porque es más cómoda, sobre todo para los que vengan de fuera. O sea, más carga todavía».
Como en El Palo
A su juicio, la solución es que haya un carril más en la autovía A--7 por cada sentido, «como el que se está construyendo en El Palo» para aliviar los accesos tras la apertura del enlace.
Lo cierto es que Guadalmar es uno de los principales puntos negros de la red viaria de la capital, y es habitual que Tráfico informe de retenciones en este punto prácticamente a diario. Aunque, por otra parte, también es verdad que la entrada en servicio por completo de la segunda ronda, prevista para mediados del próximo año, deberá reducir el tránsito de vehículos por este enclave, en especial los vacacionales de largo recorrido en dirección a la Costa del Sol.
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