Mauricio ha retrasado varios días el cierre vacacional de la zapatería. La crisis le aprieta el zapato. Después se irá a Sanlúcar, una de las colonias de Híspalis-Gaditas junto a Chipiona y Rota, a un apartamento heredado de su padre.
Azucena (el alado), Demófilo, Pepín y yo le esperábamos. Habíamos decidido ir a ver a la Virgen del Carmen de Calatrava que tan dignamente preside José Antonio Grande de León.
Mientras Mauricio intentaba venderle un calzado hecho en China a dos japoneses, nosotros diseccionábamos la vida social y política de Andalucía. Que si la Pantoja, que si el Juan y Medio, el Paquirrín y Los Morancos... Chaves bien, gracias.
En esto que entró Rafael de Asís (el banderillero) , jefe de protocolo de la casa de Medina de Sedano y Villa de Burgos. Se quitó el sombrero en un gesto de saludo y se sentó junto al ventilador. El calor le hacía parecer un gorrión con el pico abierto. Lleva treinta y cinco años fuera de Andalucía y vuelve a casa dos veces al año, una por Navidad y la otra en verano. “Uno más de los dos millones que estamos fuera”, suele decir.
Azucena, buscándole conversación, le preguntó: “¿y tú cómo ves Andalucía, Rafaé?”, a lo que él respondió: “esto es un entierro con un muerto llevado por cuatro vivos, las plañideras son mudas y los huérfanos no tienen ni pelusas en los bolsillos, y al ritmo que vamos la empresa más grande que va a haber aquí va a ser Cáritas Diocesana”. Y ahí lo soltó de golpe.
Nosotros, más derretidos que los polos flash del kiosco Amalia, y mientras en la radio sonaba una vieja canción de Bambino decidimos adelantarnos a la salida del paso de gloria.
Gonzalo Sedano
Director:JESÚS MANUEL CASTILLO RAMOS Edita:CASTLE FORMACION Y COMUNICACION
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