domingo, 15 de febrero de 2009

PREGON OFICIAL EN HONOR DE SAN ANTONIO ABAD



¿Sabré decirle a San Antón todo lo que le gustaría oír? ¿Sabré transmitir todos los sentimientos que a mi corazón afloran? ¿Sabré expresarle bien todo el valor y misterio que encierran sus 502 años de patronazgo?

Era un 13 de noviembre del 2008 a las 2 de la tarde. Me llaman y me dicen que La Junta de Gobierno ha considerado nombrarme pregonera 2009 de San Antón. Al momento me desconcierto, tiemblo, pero inmediatamente le digo sí.

Me hace mucha ilusión y, al mismo tiempo, me produce mucho respeto y una gran responsabilidad.

Desde este mismo lugar mis antecesores han expresado emotivos pregones. Yo espero también estar a la altura.

Mi pregón quiere ser un canto de ilusión a los 502 años de patronazgo, un pórtico de gloria para su procesión, impregnado de sentimientos, recuerdos y olores de los momentos previos.

Las letras que llenan estos folios han sido escritas con el corazón en la mano de una hermana que quiere contaros lo que ha visto y oído en los cuarenta años que lleva con vosotros.

Ilustrísimas autoridades civiles y eclesiásticas, Hermana Mayor de La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno del Paso, Nuestra Señora de los Dolores y San Antonio Abad, Hermandad Romera San Isidro Labrador. Estimado Párroco, que con tanta ilusión me animaste a escribir este pregón y que con tanto cariño permites que se hable en cada rincón de esta casa de SAN ANTÓN, y amigos todos.

PREGÓN A SAN ANTÓN, NUESTRO SANTO PATRÓN

Quiero dedicar este pregón al pueblo de Churriana, que con tanto cariño me ha acogido a mí y a mi familia; a mis padres y hermanos; a mi familia política; a mis amigos de la asociación “La Caseta”; al Grupo de Cáritas; a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno del Paso, Nuestra Señora de los Dolores y San Antonio Abad; a la hermandad de San Isidro Labrador; a mi marido, que me ha hecho conocer toda la magia y bondad de esta tierra; y a mis hijos, que en ningún momento de sus vidas me han defraudado como hijos y churrianeros.

San Antón, quisiera ser como tú, cuando supiste desprenderte de tus bienes y compartir con los demás con lazos de amor, como tú los tuviste con tu hermana, respetuosa con la Iglesia, capaz de hacer prevalecer las buenas formas, creyente y practicante de nuestra fe.

Difícil sería no imaginarnos a Churriana hace quinientos dos años sin los tres Pinos del Coto; sin la playa de la Angostura, que cogía desde la desembocadura del río a la cizaña o campo de Golf, donde bajábamos a bañarnos, bien en carro, andando, en bicicleta o en vespa; sin el aeropuerto del Rompedizo con las pistas del aeroclub y aeropuerto nacional y, más tarde, internacional;

sin los jardines del Retiro, con su maravilloso laberinto, la cascada y el lago; sin la Cónsula, por cuyos jardines paseó la Reina y donde también vivió Mister Davis, por cuyas tertulias pasaron grandes personajes de nuestra historia como Don José María Pemán, Ernest Hemingway Orson Welles, Antonio Ordóñez y otros muchos.

Churriana no sería igual en aquella época sin San Isidro, cuna de grandes labradores; sin la Haza de la Luna, lugar donde se afianzó mi familia; sin la Loma Negra, manantial de agua; sin La Gamera; La Noria; El Cruce; la Azucarera; o La Vega, con sus alcachofas y plantaciones de cañas.

Imaginaos este barrio con la estación del tren, que era el medio de comunicación con Málaga y demás pueblos del interior; con el Quiosco del Lele, convertido en un lugar de encuentro de los hombres para buscar trabajo; con la diabla para ir a Málaga. ¡Y por qué no decirlo! con el magro en manteca o el olor a morcillas que salía de la carnicería El Cuartón; con la plaza del Mirador, antigua fuente del Cao, lavadero público, desde donde la gente acarreaba el agua para sus casas.

Imaginemos aquella época sin los dulces de Concha, el cine Variedades y los Duques del Retiro paseando por Churriana.

¡Y qué decir de los tres días de fiesta que se celebraban en su honor!
Dianas floreadas por la mañana, a cargo de la orquesta Chaparro y, más tarde, la banda de tambores y cornetas de aviación, para dar paso a la banda Ciudad de Jaén, con Paco Pino, Paco Caturla y Sebastián al frente de la misma y su organización. Para cumplirse el refrán:

“San Antón saca las mozas al sol y por la noche las metes en un rincón”.

¡Campanas al vuelo, tocadas a arrebato a cargo de los monaguillos!

¡Cohetes al cielo!, con la alegría e importancia que por aquel entonces se revestía Victoriano.

Orquesta de Chaparro por las calles.

Baile hasta altas horas de la madrugada en la plaza de La Higuereta, como bien recordamos en la puerta de Cristobita, para poder conocer y bailar con los posibles pretendientes y la ilusión que ello conllevaba de todos nosotros.

Con el pasar del tiempo Churriana cambia, llegan nuevos tiempos y, ¡cómo no! nuestros festejos en honor de San Antón también cambian, pero nosotros seguimos teniendo la misma fe.

Y Churriana todavía está revestida de ese color y olor a Navidad, porque ha nacido el Hijo de Dios. Y como dice el refranero español, Hasta San Antón, Pascuas son.

Ya tenemos que trabajar fuera, nuestros jóvenes se forman, van a la Universidad, y muchos de ellos son hoy licenciados. Hace frío en la Higuereta. Y no está muy claro quién tiene que organizar la procesión y sus fiestas. ¿De quién dependía San Antón? Sí, el viejo ese que ven ahí.

Desaparecen los Mayordomos. ¡Qué pena, dice un murmullo en Churriana!

¿Quiénes eran esos Mayordomos? Los hombres de Churriana que, año tras año, se encargaban de organizar su procesión y sus festejos.

Se iban pasando el nombramiento, proclamándolo el Párroco en la Función de Iglesia diciendo: “Para el año que viene serán los Mayordomos Paco “el Lele, Gabrielito “el de la luz”, Paquito “el Herrero”, Pepe Domínguez, José Luis Puche, Paco González o Paco Cárdenas, Jesús Fernández y Mateo Garrido.

Todos ellos pasaban de casa en casa pidiendo para recaudar fondos y poder honrar con su fiesta a San Anton.

Ya no hay baile, apenas cohetes en la puerta de la Iglesia, ni guarrito suelto por las calles para que le den de comer los vecinos y subastarlo después. No hay carreras de cintas, ni cucañas, ni carricoches, ni tío vivo, ni puestos de turrón…

Y en aquel desasosiego surgen dos mujeres de la Churriana auténtica, que conocen de los milagros de San Antón. Son Ana Fernández ,“La Corneta”, y Carmen, “La Galiana”, que salen de puerta en puerta a pedir para poder sacar a Nuestro Santo Patrón.

Por aquel entonces se reforma todo: la política por un lado, la Iglesia por otro. Se hacen los estatutos de la Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno del Paso y Nuestra Señora de los Dolores y se incorpora a San Antón dentro de la misma. Ya no estaría más sin hermanos que lo custodiasen.

Además, surge una Peña en la calle Monsalve que a su paso, lo alfombran de flores y le ponen ruedas de fuegos artificiales, alumbrando de luz y color todas las calles y esquinas de nuestra barriada.

Todas estas cosas nos reviven la devoción y fe de San Antón como Santo Patrón de Churriana.

Las formas han cambiado, pero no el sentir de cada uno de nosotros y nuestra ilusión y fervor.

María Solero me contaba que un churrianero le prometía todos los años un guarro para soltarlo por las calles y, por las necesidades económicas de su familia, nunca encontraba el año para donarlo. Y al transcurrir el tiempo la guarra sólo parió uno con las orejas cortadas y sin rabo como el guarrito de San Antón.

El día 2 de enero nació un niño prematuro. Los padres y la familia no sabían cómo cuidarlo; pensaban que se moría y Anita,“La Corneta”, que frecuentaba la casa le decía: ¡No llores mujer! Pídeselo a San Antón cuando pase por tu casa el día de la procesión.

La madre se lo pidió y le prometió ponerle su nombre, Antón, a todos los hijos que tuviera; y con los tres que tuvo lo cumplió, que no son otros que los de esta humilde pregonera.

Podríamos estar toda la noche contando milagros.

No quiero cansaros, pero os voy a contar otro de los muchos milagros que por Churriana se cuentan.

Una noche de frío enero los Mayordomos pasaron a pedir a una familia que vivía de alquiler en una habitación. Ésta les dio lo poco que tenía y, al otro día, un familiar le dio la escritura de un solar en la calle la Vega para que se hiciera una casa.

Pasando el tiempo San Antón vuelve a sus andadas. Al decir de los mayores “es un poco vengativo”.

Me voy con la Nona, y ella me cuenta con lágrimas en los ojos y alegría en el corazón, añorando tiempos pasados, las cosas de San Antón; que ella todos los años le tiene que limpiar la corona y el bastón.

Hay que hacerle todos sus honores: procesión, Función de Iglesia, fiesta en la Higuereta, fuegos artificiales, ruedas a su paso por las calles de Churriana, bendición de animales, migas, peladillas y avellanas en la Plaza de la Inmaculada… y si viniesen los mozos de quintas tendrían que sacar el trono por haber vuelto sanos y hechos unos hombres.

Hoy, los jóvenes mismos de Churriana lo sacan con el mismo orgullo e ilusión de antaño. Por ello me gustaría alzar mi voz diciendo:

¡Curas! San Antón es Iglesia.

¡Jóvenes! San Antón es Iglesia, Parroquia, tradición.

No permitáis nunca que os lo cambien.

Y vosotros dadle culto y honor sin olvidar que Churriana es un pueblo andaluz de arraigo y sentimiento cristiano, que es tierra de María Santísima, tierra hermosa como ninguna, tierra donde florecen las alegrías y las penas en su advocación de Nuestra Señora de los Dolores y ese paso de madre para acompañar a su hijo, Nuestro Padre Jesús Nazareno del Paso, ¡nuestro Padre Jesús! , cofradía de Pasión que, con tanto cariño y amor, saben hacer hermandad de Gloria el día de San Antón.

El invierno acaba de entrar.
El frío nos hace tiritar.
La lluvia amenaza.
La sierra se cubre de blanca escarcha
y, como por arte de magia,
en Churriana, el 16 de enero
salen las estrellas y luceros
para acompañar a su Santo Patrón,
nuestro querido San Antón.

Hermanos,
ésta no es una noche cualquiera.
Es una noche mágica.
Es la noche de pregonar nuestra devoción,
nuestro amor,
nuestra fe
y nuestra alegría de ser churrianeros.

Que toque la música,
suenen los cohetes.
abran las puertas y ventanas.
Cantemos su Himno en la procesión.
Y ahora os pido decir conmigo

¡Viva San Antón!

Rosa Maria Vilches
Churriana, 16 de enero de 2009.

No hay comentarios: