Supongo, al igual que les sucede a muchos de ustedes, las
mañanas empiezan para mí con un apetecible desayuno con olor a tostadas y a
café en el ambiente, y una buena dosis de noticias en radio, prensa o
televisión de forma indistinta. Este hábito último mío, podría incluirse dentro
de los vicios, que de vivir el Marqués de Sade en nuestros tiempos pasaría a
formar parte de sus ya famosas perversiones. Empaparse de noticias. He de
reconocer que es un tanto anómalo. Palabra no elegida al azar, pues por poco que
nos paremos a ver, escuchar o leer las noticias que corren cada mañana por el
mundo; estas, no son como para empezar el día con una buena predisposición.
¿Qué me dicen del conflicto separatista de Crimea?; guerras
en Siria, Irak, Afganistán, República Centro Africana, Somalia; atentados
Yihadistas; rebeliones sociales en
Ucrania, Venezuela; guerra al narcotráfico en Colombia y México; el avión
malayo desaparecido, etc… podría seguir enumerando noticias diarias del mundo y
en nuestro país: los asaltos de inmigrantes subsaharianos en las fronteras de
Ceuta y Melilla; las imputaciones de políticos y La Corona por presuntos
delitos de corrupción; la pesada consulta independentista catalana; la
violencia machista; la incipiente recuperación económica española…
…viendo y escuchando todo esto, a veces, me gustaría que me
sucediera como al protagonista de la película de Fritz Lang “la mujer del
cuadro”, en la que Edward G. Robinson, da vida a un profesor de psicología
experto en criminología, que, al detenerse delante de una vitrina de una
tienda, admira el retrato de una mujer bellísima. Después de haber bebido
alguna copita de más, se encuentra en la calle con la mujer del cuadro, que le
invita a su casa. A partir de aquí, el pobre profesor se ve envuelto en una
pesadilla donde el sueño se confunde con la realidad. Y perdonen que le
destripe el final: el tímido profesor despierta y por fortuna todo ha sido una
pesadilla.
¡Qué todo sea un mal sueño!, eso es lo que deseo en la
mayoría de las ocasiones cuando intento estar informado… o proceder como lo
hace mi hijo pequeño al levantarse antes de ir al instituto: retreparse
tranquilo en el sofá del salón, y tomarse plácidamente el desayuno viendo su
serie preferida de dibujos animados en Neox Kids. Bien pudiera ser esta última
la decisión más inteligente. A buen seguro me reportaría alguna que otra
sonrisa matinal ideal para empezar el día de forma saludable.
José Cabrera
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