En 2012, Mahou San Miguel, líder cervecero español, destinó
3,2 millones de euros a su centro de producción de Málaga enclavado dentro de
nuestra barriada. Las inversiones se dirigieron a la introducción de la
tecnología más innovadora para seguir garantizando sus altos estándares de
calidad y seguridad, eficiencia energética y sostenibilidad industrial. Concretamente,
se han llevado a cabo distintos proyectos de modernización de las instalaciones
y equipamiento de todos los procesos productivos, con el objetivo de dotar a la
fábrica de las mejores prestaciones en aseguramiento de la calidad, eficiencia
y fiabilidad operativa, además de lograr mayor flexibilidad para satisfacer las
exigencias del mercado en innovación de envases y packaging, de responder a sus
compromisos medioambientales y de garantizar el mejor servicio al cliente.
En la última década, esta compañía familiar de capital 100%
español ha invertido a sus centros de elaboración de cerveza, ubicados en
Lleida, Alovera (Guadalajara), Burgos, Granada, Córdoba y Candelaria
(Tenerife), así como sus centros de envasado de agua de Beteta (Cuenca) y Los Villares
(Jaén), 263 millones de euros, de los que cerca de 38 se destinaron al de
Málaga, asegurando así su competitividad futura.
En 2012, la cervecera ha realizado también un importante
esfuerzo inversor con más de 72 millones de euros, a pesar de la situación
económica en nuestro país, la caída del consumo y el incremento de los costes
de las materias primas. Dicha inversión, se ha destinado, fundamentalmente, a
la modernización y mejora industrial de sus centros de producción (26 millones
de euros), a impulsar el crecimiento del negocio (17 millones de euros) y a
apoyar al sector de la hostelería a través de sus instalaciones, equipamiento y
múltiples iniciativas para promover el consumo responsable en bares y
restaurantes (20 millones de euros, casi un tercio de la inversión total) en
toda España.
Compromiso medioambiental
De los 26 millones de euros destinados a los centros de
producción, la cervecera invirtió en 2012 cerca de 17 millones de euros
específicamente para garantizar su óptimo comportamiento medioambiental, de los
cuales 2 se han destinado a su fábrica cerca del aeropuerto. Como resultado, la
compañía ha logrado disminuir en un 1,74% su consumo unitario de agua y en un
4,4% el de energía; ha incrementado su tasa de reciclado de residuos hasta el
99,78%; ha reducido en más de 192 toneladas sus envases y embalajes y ha
disminuido sus emisiones de gases invernadero en un 32% gracias, entre otros
factores, a que el 100% de la energía eléctrica que consumen sus centros de
producción proviene de fuentes renovables.
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