El 9 de marzo de 1919, un avión Salmson de 260 CV buscaba el lugar más adecuado para aterrizar en unos terrenos existentes junto a la Misericordia, en la zona denominado 'La Isla' dentro de la que llevaba unos años siendo barriada de Churriana.
Pero como el campo presentaba numerosos charcos producto de la lluvia de la noche anterior, se buscó un lugar más seguro.
A escasos centenares de metros el piloto pudo ver una zona de erial que pertenecía al cortijo de El Rompedizo, entre las carreteras de Cádiz y nuestra localidad, donde finalmente decidió tomar tierra.
Eran las diez y media de la mañana y de esta forma se estaba marcando el inicio de la historia del aeropuerto de Málaga y del transporte aéreo en la ciudad.
Para conmemorar el 90 aniversario de aquella hazaña, el Ayuntamiento de Málaga ha organizado semanas atrás una exposición y una serie de actos, con la colaboración de Aena.
El primero de ellos se celebró con el descubrimiento de una placa en el interior del recinto aeroportuario, junto al edificio de Aviación Civil, que desde ahora lleva el nombre de Pierre-Georges Latécoère.
Este industrial aeronáutico francés es el responsable directo de que Málaga fuese escala, ese 9 de marzo de 1919, de la primera línea aérea que pasó por España, la Sociétè de Lignes Aériennes Latécoère, cuyo fin primigenio era el establecimiento de una línea aérea para unir París con Buenes Aires.
El proyecto, en una primera fase, unió París y Toulouse, con Casablanca, siendo utilizada la línea para el transporte del correo y de la mercancía entre la metrópoli y su protectorado marroquí. Este proyecto precisaba de instalaciones de apoyo en España y serían tres aeródromos -uno en Barcelona, otro en Alicante y el
tercero en Málaga- los que se crearon para dar cobertura logística a la línea.
El primer vuelo salió de Toulouse el 8 de marzo de 1919 con Latécoère y el piloto Lemaître a bordo. Llegaron por la tarde a Alicante, donde hicieron noche. Por la mañana aterrizaron en Málaga, y después de repostar continuaron el viaje hacia Casablanca.
El dueño de la compañía llegó a un acuerdo con los propietarios de la finca El Rompedizo para que sus aviones pudieran hacer allí escalas. El cortijo se convirtió con el tiempo en la primera terminal -la casa aún se conserva y es hoy sede del museo- y en la finca se construyó el hoy aeropuerto internacional de Málaga. El 1 de abril de 1920 se realizó el primer servicio aeropostal español. El bautismo del avión que realizó este servicio, un Breguet XIV pilotado por Costes Diume, fue amadrinado por la hija de Eugenio Gross. El avión fue recibido por las autoridades, la prensa y el público con gran entusiasmo.
La compañía contrató a un joven francés de 19 años, que estaba afincado en Mijas, para tenerlo de mecánico en la base de El Rompedizo. Se trataba de Andrés Blain, que después trabajó como químico en la Olivarera Peninsular, que estaba situada en la calle Velasco, donde se jubiló a los 65 años. Andrés Blain murió a los 98 años de edad en agosto de 2001.
Su única hija, Ana María Blain Moreno, fue invitada en el acto a descubrir el nombre de la nueva plaza dedicada a Pierre-Georges Latécoère junto al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el director del aeropuerto, Mario Otero.
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