
A sus reiteradas quejas suman la posibilidad de un carril de acceso por parte de Fomento que los aislaria aun mas
Las 146 familias que viven en los pisos de La Concha, junto a la Azucarera y dentro del distrito de Churriana, llevan años denunciando el aislamiento ´literal´ de esta ´isla´ de viviendas rodeada por naves industriales y por una avenida de Velázquez (al menos así consta en el callejero) con coches que corren a una velocidad excesiva y que es salvada por una pasarela peatonal.
En los últimos tiempos ven con preocupación unas obras anunciadas por el Ministerio de Fomento que, piensan, pueden aislar aún más la urbanización. "Fomento tiene previsto colocar un carril de acceso para la autovía", explica José Villaescusa, un minusválido que tiene cada vez más difícil moverse por el barrio.
Los vecinos temen que el carril de acceso deje sin salida al barrio, taponando la avenida de Jiménez Delgado. "Vamos a tener que dar una vuelta entera al barrio hasta llegar a la rotonda de la Azucarera", destaca.
Isabel Gómez cuenta, tras una reunión con los concejales de Urbanismo, Polígonos, Accesibilidad y Churriana, que la solución está en abrir una calle en el gran solar repleto de palmeras que colinda con el barrio.
Un terreno de 90.000 metros cuadrados adquirido para una promoción privada.
"Fomento va a mandar una modificación a sus planes para que la avenida Jiménez Delgado se quede abierta mientras el Ayuntamiento no abra la calle", puntualiza José Villaescusa, mientras Isabel Gómez pide a Fomento un compromiso por escrito,"porque hasta ahora sólo son palabras".
Junto a esta obra pendiente, los vecinos siguen teniendo muchos problemas, como la velocidad que los coches alcanzan al conducir por la avenida del barrio, a veces en dirección prohibida y rompiendo los pivotes que delimitan el carril.
"Tenían que poner semáforos para que los coches no entraran a 100 por hora", pide José Villaescusa, que como alternativa, si los semáforos no fueran posibles, solicita los ´guardias tumbados´ en la avenida de Jiménez Delgado.
Para este vecino en silla de ruedas, la velocidad de los coches no es el único problema. José Villaescusa denuncia la falta de rampas de acceso para minusválidos, aunque en los últimos tiempos el Ayuntamiento ha hecho posible, con una pequeña rampa, que pueda ir en silla de ruedas hasta la parada del autobús. "Las aceras no están preparados y yo sólo puedo dar una vuelta a la manzana", resume José.
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