Visto en altura, parecen hileras de pequeñas pirámides a las que se ha limado la cúspide. La cubierta de la nueva terminal del aeropuerto de Málaga ha comenzado su instalación, con lo que la obra entra de lleno en su última fase, previa a la instalación del mobiliario y los servicios necesarios para que entre en funcionamiento.
La maniobra es compleja, dado que es necesario evitar interferencias sobre la torre de control. Para ello, las piezas prefabricadas, en tramos de 50 por 30 metros, se levantan desde el suelo con la ayuda de enormes gatos hidráulicos y se sitúan sobre los pilares. Posteriormente, se colocarán los remates y el complejo quedará listo en cuanto a grandes estructuras.
Esta fase culminará a principios del próximo año, y posteriormente comenzará la adecuación interna de los espacios, sobre los que ya se trabaja en varios puntos. De manera que la terminal pueda entrar en servicio a finales del próximo año.
Uno de los espacios más llamativos del edificio es lo que los técnicos han dado en llamar el atrio: una plaza pública abierta al uso ciudadano, que contará con espacios verdes, negocios y zonas de estar, que pretende que el visitante nunca pierda la referencia turística del sol y del buen tiempo que por lo general acompaña a la Costa.
Sin embargo, la zona que se encuentra más avanzada es el dique, esto es, la sala de embarque de la futura terminal, en la que ya son visibles varios de los puentes que conectarán con los 'finger' de los aviones.
Plan Málaga
El Plan Málaga, el conjunto de actuaciones para adecuar el aeródromo a las nuevas demandas, tiene en este momento tres líneas de actuación: la nueva terminal, que es el proyecto que se encuentra más avanzado. La segunda pista de despegue y aterrizaje, que tiene prevista su conclusión a finales del próximo año. Y la integración de la línea de Cercanías, en la que ya se está excavando (mediante tuneladora) el túnel que permitirá que los trenes paren directamente frente al nuevo edificio terminal.
El diputado socialista Miguel Ángel Heredia afirmó que el Ministerio de Fomento, que dirige la malagueña Magdalena Álvarez, va a convertir el Aeropuerto malagueño en una referencia en Europa. «Es el segundo en España junto a Barcelona en inversión para 2009, con 253,3 millones de euros, y con la nueva terminal, que duplica la capacidad de pasajeros, será una importante puerta de entrada para nuestra actividad económica», sentenció.
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