domingo, 1 de agosto de 2010

LAS MIL CARAS DE GERALD BRENAN




La pintora y diseñadora gráfica de Churriana Pepa González lleva pintados en tres años más de cuarenta retratos del hispanista Gerald Brenan, amigos y familiares, con la intención de que la futura inauguración de la casa de Gerald Brenan en la calle Torremolinos cuente con esta exposición tan singular

Primero fueron las películas Carrington y Al sur de Granada las que abrieron a la artista churrianera el mundo del hispanista Gerald Brenan, quien durante tantos años vivió en Churriana. Más tarde, a la pintora y diseñadora gráfica Pepa González le llegó la oportunidad de exponer en la Casa de la Cultura del distrito 40 cuadros de entre los que abundaban retratos de los más ancianos de Churriana, aunque también plasmó, con gran veracidad, a personajes vinculados con este antiguo pueblo como los hermanos Julio y Pío Caro Baroja.

Y entonces llegó el deseo del Ayuntamiento de que donara un cuadro del hispanista. «Doné un cuadro de diseño hecho por ordenador y a raíz de ahí, hace tres años, comenzaron los rumores de restauración de la casa de Gerald Brenan y me ilusioné».

Pepa González comenzó entonces a plasmar el mundo de Gerald Brenan, que vivió a pocos metros de su casa, en la misma calle Torremolinos.

«Empecé a leer libros suyos como su autobiografía, luego algo de Yegen y también de Gamel Woosley», y entre descripciones, fotografías e impresiones, comenzaron a surgir los amigos y familiares de Brenan, sin olvidar al propio hispanista.

A la hora de pintar el retrato de Virginia Woolf, por ejemplo, la artista frecuentó la librería Luces de Málaga, pero también tomó como modelo la obra de un artista inglés. Pero en muchos casos, el modelo se encontraba en los textos de Brenan. «Me pasa con Dora Carrington, para mí los retratos de Brenan ya son pictóricos», explica.

También le ocurre con la obra por la que siente más cariño: el retrato de la tía abuela de Brenan, Adelina von Roeber, Tiz, gracias a cuya herencia pudo disfrutar el hispanista de una vida dedicada al estudio. «Brenan cuenta cómo ella se pintaba las cejas con las cenizas de la chimenea, y la verdad es que se me resbalaba el pincel», señala. Además, ha consultado varios temas con el albacea literario de Brenan, Carlos Pranger, y en la actualidad está preparando una obra basada en el tango que Carlos Cano dedicó al escritor.

Las técnicas que está empleando en este tiempo son muy variadas, pues aparte de acrílicos y alguna acuarela, hay mucho de collage y diseño gráfico. En una de las composiciones más conseguidas aparece una foto en relieve de la máquina de escribir de Brenan (la conserva en Churriana la hija del jardinero del escritor), además ha empleado papel de una novela («encontré en la calle El diablo cojuelo») y aparece el libro de Gamel Woosley sobre la guerra civil en Málaga El otro reino de la muerte, además de las fotos del matrimonio.

También ha pintado al filósofo Bertrand Russell y con las cortezas caídas de un centenario eucalipto junto al colegio Ciudad de Jaén ha montado un collage también con Gamel y Gerald. Pepa González considera que en Churriana todavía sigue siendo Brenan un desconocido y confía en que la apertura de su casa en calle Torremolinos pueda reavivar el interés por su figura. «Todavía acuden muchos extranjeros preguntando por la casa de Brenan», cuenta. Hora es deque regrese a Churriana.

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