miércoles, 16 de julio de 2014

COLUMNA DE OPINION.EL ARTE DE ENSEÑAR.



Los resultados obtenidos por nuestros alumnos de 15 años en PISA 2012 están por debajo de lo esperable dado su resultado en matemáticas 10 puntos menos que el promedio de la OCDE, en lectura 8 puntos menos y en ciencias 5 puntos por debajo de esta media, que sitúa a nuestro país, de una muestra de 34, en el puesto 23.

Desde la entrada en vigor de la LOE (Ley Orgánica de Educación) en el año 2006, aparece un nuevo concepto de currículo, donde se pone un especial énfasis en el aprendizaje por competencias. Las competencias básicas son aquellos saberes y aprendizajes que se obtienen a través de su aplicación, así se define en el ordenamiento educativo. Yéndonos al año 1996 ,ya, el señor Delors nos hablaba del aprender a hacer, en el informe de la UNESCO “la educación encierra un tesoro”, donde ponía en tela de juicio la metodología de enseñanza tradicional y unidireccional, por una enseñanza práctica donde el alumno aprenda, a la postre, haciendo.

La metodología o arte del docente que enseña, es un elemento clave para la mejora del rendimiento de los alumnos. Ronfeldt y Reininger, en una investigación desarrollada en 2012 muestran que existe una relación positiva entre la formación inicial del profesorado y su efectividad docente. ¿Está nuestro profesorado preparado al cambio metodológico que nos demandan las competencias básicas?

El estudio de la OCDE sobre la Enseñanza y el Aprendizaje (TALIS) se centra en las prácticas de enseñanza y aprendizaje que se suceden en los centros educativos de 33 países, en los que se encuentra España.

Con respecto a la formación pedagógica recibida por el profesorado, la media de la OCDE se sitúa en un 67% de docentes que indican que se formaron en todas las materias que enseñan. Esta cifra es bastante inferior en España un 44,3%.

La formación práctica recibida por los docentes presenta proporciones similares a la pedagógica. El 63,9% del profesorado de la OCDE incluyeron clases prácticas en su formación en todas las materias que enseñan. Menos de la mitad de los profesores españoles 44% recibe formación en este aspecto.

El profesorado de Educación Secundaria se habilita para impartir docencia en nuestros centros educativos a través de la realización de un título de máster, que tiene una duración de 60 créditos europeos, donde solo 10 de ellos se destinan  a prácticas en centros, cuando, por ejemplo, un maestro debe cursar un total de 38 créditos de prácticas para alcanzar el título de grado.

Dice el refrán que: “hay que ser monaguillo antes que fraile”, nuestro sistema educativo provoca que el profesorado aprenda el arte de enseñar trabajando, no a través de prácticas tutorizadas donde puedan ser orientados de forma colaborativa, y por tanto acreditando su vocación.

Juan Antonio Conejo

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