Los resultados obtenidos por nuestros alumnos de 15
años en PISA 2012 están por debajo de lo esperable dado su resultado en
matemáticas 10 puntos menos que el promedio de la OCDE, en lectura 8 puntos
menos y en ciencias 5 puntos por debajo de esta media, que sitúa a nuestro
país, de una muestra de 34, en el puesto 23.
Desde la entrada en vigor de la LOE (Ley Orgánica de
Educación) en el año 2006, aparece un nuevo concepto de currículo, donde se
pone un especial énfasis en el aprendizaje por competencias. Las competencias
básicas son aquellos saberes y aprendizajes que se obtienen a través de su
aplicación, así se define en el ordenamiento educativo. Yéndonos al año 1996 ,ya,
el señor Delors nos hablaba del aprender a hacer, en el informe de la UNESCO
“la educación encierra un tesoro”, donde ponía en tela de juicio la metodología
de enseñanza tradicional y unidireccional, por una enseñanza práctica donde el
alumno aprenda, a la postre, haciendo.
La metodología o arte del docente que enseña, es un
elemento clave para la mejora del rendimiento de los alumnos. Ronfeldt y
Reininger, en una investigación desarrollada en 2012 muestran que existe una
relación positiva entre la formación inicial del profesorado y su efectividad
docente. ¿Está nuestro profesorado preparado al cambio metodológico que nos
demandan las competencias básicas?
El estudio de la OCDE sobre la Enseñanza y el
Aprendizaje (TALIS) se centra en las prácticas de enseñanza y aprendizaje que
se suceden en los centros educativos de 33 países, en los que se encuentra
España.
Con respecto a la formación pedagógica recibida por el
profesorado, la media de la OCDE se sitúa en un 67% de docentes que indican que
se formaron en todas las materias que enseñan. Esta cifra es bastante inferior
en España un 44,3%.
La formación práctica recibida por los docentes
presenta proporciones similares a la pedagógica. El 63,9% del profesorado de la
OCDE incluyeron clases prácticas en su formación en todas las materias que
enseñan. Menos de la mitad de los profesores españoles 44% recibe formación en
este aspecto.
El profesorado de Educación Secundaria se habilita
para impartir docencia en nuestros centros educativos a través de la
realización de un título de máster, que tiene una duración de 60 créditos
europeos, donde solo 10 de ellos se destinan
a prácticas en centros, cuando, por ejemplo, un maestro debe cursar un
total de 38 créditos de prácticas para alcanzar el título de grado.
Dice el refrán que: “hay que ser monaguillo antes que
fraile”, nuestro sistema educativo provoca que el profesorado aprenda el arte
de enseñar trabajando, no a través de prácticas tutorizadas donde puedan ser
orientados de forma colaborativa, y por tanto acreditando su vocación.
Juan Antonio Conejo
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