Algo parece empezar a moverse en el urbanismo. A cuentagotas, los proyectos aletargados en el tiempo aprovechan el
inicio del año y los mejores augurios sobre la economía para iniciar el diseño
de la que será, bien es cierto, una hoja de ruta con varios años por delante.
El ejemplo más palpable de esta revitalización es el sector de La Cizaña,
parcela de unos 226.000 metros cuadrados que marca la frontera con Torremolinos. La propiedad de este suelo,
las empresas Torre Golf y Torre Playa, da los primeros pasos en el objetivo de
levantar dos grandes complejos hoteleros de alta calidad, así como usos
comerciales y productivos.
La firmas presentaron recientemente ante la Gerencia de
Urbanismo el plan parcial, instrumento que debe ordenar los usos permitidos en
el actual Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de la ciudad. Si bien
el día en que se pase del escenario de los planos a las máquinas se antoja aún
lejano, la realidad es que la tramitación por parte de estas firmas supone ya
un avance considerable en una industria, la del ladrillo, estancando desde el
inicio de la crisis económica.
Carlos Álvarez Caro, administrador único de las dos empresas
propietarias, dedicadas a la compraventa de terrenos, edificios y fincas,
confirmó el inicio de la tramitación y los contactos con los
técnicos de Urbanismo. De acuerdo con sus explicaciones, así como la de los
técnicos responsables de la redacción del plan parcial, la parcela será
segmentada en cuatro grandes espacios, dos de ellos hoteleros, otro comercial y
otro productivo.
"La idea es que queden dos parcelas de grandes
dimensiones para uso hotelero", expuso Álvarez Caro. La primera de ellas
estará localizada en primera línea de playa, tocando al paseo marítimo
procedente de Torremolinos; la segunda, en la sección de la parcela más cercana
a la autovía. En ambos casos, apuntó, "la pretensión es que alberguen
establecimientos de cuatro o cinco estrellas". Cabe recordar, no obstante,
que las previsiones urbanísticas iniciales para este suelo no eran de uso
hotelero, sino residencial, elemento que varió ante la incidencia de la huella
sonora del aeropuerto de la capital.
Las dimensiones de las reservadas ponen de relieve la
envergadura de la actuación. El suelo destinado al hotel más próximo al mar
tiene 22.328 metros cuadrados de superficie, con 18.119 de techo edificable; la
otra, tiene 22.934 metros de suelo y 19.484 metros de techo. "Estamos
hablando de hoteles estilo resort, con un máximo de dos alturas y un concepto
innovador", añadió el administrador de las dos sociedades.
No obstante, no oculta que dado el estado inicial del
trámite no hay acuerdos ni negociaciones con empresas interesadas en el
desarrollo y explotación de los futuros establecimientos. De acuerdo con las
estimaciones de los promotores, es posible que el plan parcial cuente con
aprobación definitiva en el plazo de un año, hito al que le seguirán la
redacción del proyecto de urbanización y el de reparcelación.
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