Cuando se
aproxima el 17 de enero como ha ocurrido esta semana, siempre hablamos de un
nombre muy importante en las tradiciones churrianeras. Mencionarlo es comprobar
que las costumbres continúan. No hay más que irse a la denominación de su
Iglesia mayor, San Antonio Abad, o de la plaza de igual nombre. Puede que sea
muy fácil hablar de este santo, San Antonio o Antón Abad, desde el punto de vista histórico. Basta con buscar
datos, pero personalmente me quedo con estos que me han llamado la atención:
-Dejó sus
bienes a los más necesitados.
-Su vida
tiene muchos tintes de leyenda.
-Para él la
palabra ‘asceta’ significa el que lucha por dominarse a sí mismo.
-Llegó a
habitar en los alrededores del Nilo, pero la fama de sus consejos se extendían
como la pólvora entre los peregrinos.
-Era alegre
y amable, y todo el mundo lo buscaba.
-Estaba
dedicado por completo a su estilo de vida en soledad y oración. Era austero o
ermitaño, y figuran datos de que llegó al siglo de vida.
Se convirtió
en un modelo de cristiandad sin olvidar el apodo por el que se le conoce
popularmente, ’El patrón de los animales’ (dado como los cuidaba).
La devoción
de este santo en España llegó también a Murcia, Madrid o parte de Aragón. Y ya
en Andalucía, en Vega de Granada o Huelva, por citar algunos enclaves con
fiestas patronales en su honor. En Málaga se convierte en la primera procesión
que abre el calendario de la capital. La Hermandad de Nuestro Padre Jesús
Nazareno del Paso, Nuestra Señora de los Dolores y San Antonio Abad celebra su
día grande con un pregón, una procesión
por Churriana que recorre las calles y el célebre momento de besapiés,
bendición de los animales, funciones religiosas y demás fiestas populares desde
la víspera.
¡Churriana
adorna sus rincones y balcones para recibir a su patrón entre ovación, flores,
ruedas y devoción!
Marisa Arias Ratón
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