EL AEROPUERTO PIDE MAS CONTROL PARA EVITAR LOS PUNTEROS LASER EN SU ENTORNO

El aeropuerto de Málaga ha solicitado al Ayuntamiento de Málaga y a la Guardia Civil que se refuercen las medidas de control para evitar el uso de punteros láser en el entorno del recinto aeroportuario. Así lo han asegurado a este periódico fuentes municipales, quienes añadieron que la finalidad de esta iniciativa es evitar que algunos ciudadanos utilicen estos objetos para molestar a los pilotos durante las maniobras de despegue y aterrizaje, tal y como ya se ha producido en varias ocasiones en contra de la seguridad de los vuelos.

Aunque las fuentes aseguran que los pilotos no han denunciado casos desde hace unos meses, sí especifican que los responsables del aeropuerto han enviado en las últimas semanas al Consistorio y a la Guardia Civil una comunicación en la que solicitan una mayor atención de sus agentes para que tales hechos no se repitan.
Esta comunicación recuerda inevitablemente a los hechos ocurridos en octubre del año pasado, cuando la Guardia Civil de Pizarra observó una luz fina de color verde procedente de la zona alta del municipio y que apuntaba hacia El Hacho (Álora). Tras reconocer las diferentes calles del municipio, los agentes sorprendieron a un hombre mientras apuntaba a un avión que sobrevolaba la zona en ese momento.

El joven fue denunciado por una falta contra la Ley de Navegación Aérea y, tras solicitar un informe a la torre de control del aeropuerto malagueño, la Guardia Civil confirmó que una hora antes cuatro aviones habían informado sobre el deslumbramiento de una luz láser de color verde en ese lugar. Un año antes, varios pilotos ya transmitieron a la torre de control del aeropuerto de Málaga la presencia de estas molestas luces.

El uso de los punteros láser se ha hecho muy popular en España por su presencia en los campos de fútbol, donde algunos aficionados los usan para dificultar el juego del equipo rival. Sin embargo, su proliferación ha sido tal que algunos ayuntamientos, como el de Barcelona, se han visto obligados a establecer sanciones de entre 1.500 y 3.000 euros por usarlos en la calle. Los expertos aseguran que la exposición prolongada de estas luces en el ojo puede crear daños irreversibles.