A la espera de que el jeque propietario del Málaga Club de
Fútbol, Abdullah Al-Thani, ponga fecha en el calendario para sentarse a la mesa
con el alcalde, Francisco de la Torre, la posible venta "barata" de
La Rosaleda planteada por el regidor semanas atrás sigue sobre la mesa. Pero no
a cualquier precio. Más allá de la propuesta inicial de De la Torre, que sigue
teniendo por respuesta el silencio de las otras dos administraciones
propietarios del inmueble, la Junta de Andalucía y la Diputación provincial, el
portavoz del equipo de gobierno del PP, Mario Cortés, da una vuelta de tuerca y
vincula esta posibilidad a que el empresario catarí formalice su compromiso con
el proyecto de la ciudad deportiva de Arraijanal en nuestro distrito.
Si bien elude hablar de "condicionante", Cortés sí
es claro al indicar que "una cosa debe ser consecuencia de la otra",
en el sentido de que abrir el melón de una posible enajenación del estadio en
condiciones ventajosas para el club de Martiricos debe llevar aparejado el
desarrollo de un equipamiento de interés para la urbe, caso de la ciudad
deportiva. La misma, según los datos manejados meses atrás, podría suponer una
inversión próxima a los 20 millones de euros por parte del Málaga, con los que
ejecutaría una decena de campos de fútbol e instalaciones complementarias en
una superficie reservada de unos 100.000 metros cuadrados
"Es una manera de defender el interés general de la
operación", añade el portavoz popular, que abunda en la necesidad de que
este asunto sea analizado de forma directa por el alcalde y el propietario de
la entidad blanquiazul. Un contacto que se demora mucho más de lo previsto, puesto
que De la Torre espera ese cara a cara desde hace varios meses. "Parece
razonable que en un proyecto de esta envergadura, el alcalde, la Junta y la
Diputación se sienten directamente con el jeque para conocer los pormenores de
su proyecto", añade.
Preguntado por las dificultades jurídicas de avanzar en la
línea de la venta barata, puesta sobre la mesa por el regidor hace ahora poco
más de un mes en este periódico, Cortés asume la necesidad de disponer de los
informes necesarios para responder a las dudas. No obstante, apunta una opción
que podría ser objeto de análisis y que permitiría cubrir el montante total del
valor de tasación que los actuales informes municipales dan a La Rosaleda y que
se eleva a 40 millones de euros.
"El interés general no se podría sostener de otra
manera; si se hace un tema por interés general es porque va a haber una
inversión; echar una mano al Málaga para sanear sus cuentas no está dentro de
lo que la ley permite como interés general; eso no se entiende", explica.
Por ello, la voz del Ejecutivo local es clara al defender la integración de una
hipotética operación de venta de La Rosaleda "en un macropaquete de
interés social para la ciudad, no sólo deportivo". "No le vamos a dar
La Rosaleda para que fichen a un jugador; otra cosa es que el club se embarque
en un proyecto que va a generar puestos de trabajo e inversión",
apostilla.
Lejos de exigir el abono en su totalidad de esta cifra, algo
que descartó el propio alcalde cuando llegó a hablar de una enajenación por
debajo de la mitad de este valor, Cortés sí apunta a una operación en la que
parte de la tasación podría ser pagada en metálico, mientras que la otra
cuantía podría ser sufragada mediante un acuerdo por el que el club de
Martiricos promocionaría la ciudad. Este último mecanismo ya ha sido planteado
por parte de las administraciones propietarias como una posibilidad mediante la
que permitir al Málaga condonar la deuda de 1,6 millones que tiene contraída
por el impago del canon anual al que se comprometió la entidad.
El mensaje de Cortés se produce en un momento en que el club
de Martiricos ha expresado públicamente su deseo en hacerse con el campo en
condiciones ventajosas, mientras que son ausentes los movimientos por parte de
la entidad para avanzar en el proyecto de la ciudad deportiva. Una intervención
para la que el Ayuntamiento trabaja desde hace meses en la redacción del plan
especial del sector de Arraijanal, del que se reservan casi 100.000 metros para
las instalaciones de la bautizada como Academia. Conforme a la clasificación
del suelo estipulada en el Plan General de Ordenación Urbanística, el
Consistorio está obligado a obtener estos terrenos, dado que eran de propiedad
privada, para su posterior cesión al Málaga, una parte, y a la Junta para la
ejecución de un parque metropolitano.
Hasta el momento, la Gerencia de Urbanismo se ha hecho con
370.000 metros cuadrados de la parcela total y que pertenecían a Vallehermoso y
Progofer. Ello supone algo más del 70% de todo el terreno, con una superficie
de 522.000 metros cuadrados. A cambio de este suelo, el Ayuntamiento ha tenido
que compensar a los privados con aprovechamientos urbanísticos en otros puntos
de la ciudad, valorados por los técnicos municipales en unos 50 millones de
euros. A esta cifra habrá que sumar del orden de 20 millones más en el momento
en que se cierre totalmente la adquisición de Arraijanal.
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