Cuando los agentes decidieron mirar con lupa cada pasaporte, empezaron a perder de vista el final de la cola de viajeros.
Los primeros efectos de la huelga de celo convocada por los sindicatos policiales, a la que se han sumado las asociaciones de Guardia Civil, se dejaron sentir ayer en Málaga en forma de largas filas de pasajeros esperando pasar el control aduanero y retrasos puntuales en algunos vuelos internacionales.
Los problemas derivados de esta protesta no han tardado en aparecer en Málaga, concretamente en el aeropuerto ubicado en terrenos de nuestra barriada.
El mayor celo de los funcionarios que trabajan en el control de pasaportes provocó «colas de viajeros que no son habituales», explicaron ayer fuentes sindicales.
Las retenciones en los controles aduaneros -en el muelle C- causaron retrasos en al menos una docena de vuelos, principalmente en las llegadas de Reino Unido y a alguna otra conexión internacional, según ha podido saber este periódico.
Pese a las colas que se formaron, ningún viajero llegó a perder el avión.
Las principales complicaciones se concentraron entre las 11.00 y las 13.00 horas.
A partir de mediodía, el Ministerio del Interior reforzó algunos servicios con agentes de otras unidades para «boicotear» las protestas, según los sindicatos.
Los convocantes consideran que, en general, el seguimiento de las medidas de presión ha sido «mayoritario» con una «reducción significativa» de las actuaciones por iniciativa propia, como las identificaciones.
Pero donde más ha afectado la huelga de celo ha sido en los pasos fronterizos.
Los controles de documentación se han ralentizado de forma importante en Andorra -con retenciones de vehículos de hasta 9 kilómetros- y en el aeropuerto de Málaga.
No en vano, la huelga de celo consiste en trabajar «a reglamento», es decir, cumplir «al pie de la letra» lo que fijan las normas, por lo que se están mirando con lupa todos los pasaportes y documentos de identidad de los viajeros, según explicaron fuentes sindicales.
El trasfondo de esta medida de presión es una batería de reivindicaciones que comparten las Fuerzas de Seguridad del Estado, entre las que destaca una subida salarial de entre el 12 y el 20% en cuatro años, aparte del IPC.
Los cinco sindicatos policiales -SUP, CEP, UFP, SPP y Sindicato de Comisarios- y las asociaciones de guardias civiles han apoyado la protesta, que se mantendrá en julio y, de no llegarse a un acuerdo, se reanudará en septiembre.
Director:JESÚS MANUEL CASTILLO RAMOS Edita:CASTLE FORMACION Y COMUNICACION
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