sábado, 7 de junio de 2008

LAS OBRAS DE LA HIPERRONDA VUELVE A CAUSAR PROBLEMAS A LOS VECINOS DEL CAMINO DE LA SIERRA


Podría haber pasado a mayores, pero el destino desempeñó su papel en favor de la familia que reside en Camino de la Sierra número 80, donde se efectúan voladuras con motivo de la construcción de los túneles de la hiperronda.

Remedios, de 80 años, barría ayer pasadas las once de la mañana la terraza de este chalé cuando una piedra de alrededor de 10 kilos penetraba por la pared de la vivienda, rebotaba contra el suelo, destrozaba otro muro y, tras despedazar una tumbona, caía finalmente a la piscina.

El motivo de tan sorprendentes resultados fue la velocidad a la que ´viajaba´ este "proyectil" procedente de una voladura de la segunda ronda de circunvalación.

El pedrusco recorrió la friolera de medio kilómetro hasta alcanzar el hogar de esta familia, siempre según la versión del propietario, Andrés Gómez, que además es el presidente de la asociación de vecinos Viñas de la Sierray Coordinador de la Comision de Urbanismo de la Junta Municipal de Distrito.

El conflicto viene de lejos.

Los vecinos de esta zona ya denunciaron anteriormente a través de diferentes periódicos la alarma que se había suscitado entre los residentes a causa de la potencia de estas explosiones.

Consideraban que se estaban excediendo los límites legales y temían por sus casas y sus familias.

En esta ocasión, la reacción del Ministerio de Fomento no se hizo esperar y se comprometió, a pesar de que se aseguraba que no se sobrepasaban los límites, a disminuir la potencia, según el representante vecinal.

Los afectados denunciaban ya por entonces, en febrero de este año, daños visibles en sus casas y mostraban su preocupación a que las citadas obras desarrolladas por la empresa Ferrovial Agromán causaran daños en sus estructuras.

Ante la respuesta de Fomento el temor de las 200 casas donde residen 1.200 vecinos se mitigó.

Parece que la buena voluntad no ha servido para evitar el "susto" que pasó ayer esta familia.

"Era un proyectil. No ha matado a mi madre que estaba barriendo la terraza de milagro y me ha destrozado dos paredes y el suelo", relata Gómez a este diario.

"El jefe de obra y el perito de la voladura han acudido a la llamada de forma inmediata y han mostrado su máximo interés. Me han dicho que no me preocupe por los desperfectos, pero ya no se trata de eso, sino de la seguridad de mi familia", lamenta.

"Cuando lo he visto, me temblaban las piernas. Si llega a entrar por los cristales de la ventan,a no quiero pensar lo que podría haber pasado porque estarían mi mujer y mis hijas dentro", concluye

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