miércoles, 2 de abril de 2008

LA PRESION DE LA POLICIA LOGRA DESMANTELAR EL ASENTAMIENTO DE CAMPAMENTO BENITEZ

Se han marchado por su propio pie.

Las familias de etnia gitana que hace semanas se instalaron con sus caravanas en un descampado en el campamento Benítez se marcharon debido a la presión policial.

Aunque la Policía Local, que había planeado su desalojo para esta semana, no ha tenido tiempo para desarrollar la operación.

Las nueve caravanas salían el domingo temprano de la zona «en procesión», según fuentes policiales.

Después de la operación de control de la semana pasada, en la que fueron identificadas una veintena de personas para comprobar si tenían antecedentes policiales o si estaban en orden de busca y captura, junto a la vigilancia por parte de la policía local han sido suficientes para disuadir a estas familias rumanas.

Justo a tiempo para los trabajos que ayer comenzaron en la zona para bloquear las entradas en el campamento Benítez.

Después de conocer la existencia del campamento ilegal, Fomento movió ficha y decidió cerrar los accesos para evitar nuevos asentamientos.

Ayer, operarios de la empresa Tracsa se afanaban en cerrar una de las entradas con una barrera de tierra, mientras que en la otra, bloqueaban una parte con tierra y preparaban la otra para colocar una cadena.

Unas medidas que intentarán evitar la entrada de nuevos inquilinos al recinto, donde pronto comenzarán las obras para la construcción del Museo del Transporte y la Obra Pública.

Con un edificio de unos 30.000 metros cuadrados, será el mayor espacio expositivo de la ciudad.

El asentamiento estaba formado por inmigrantes de etnia gitana provenientes de diferentes países europeos y que se alojaban de forma ilegal en la zona desde hacía varias semanas.

Fuentes policiales aseguran que estas familias proceden de otro asentamiento ilegal que hace dos semanas se instaló en la Térmica y que fue desmantelado.

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