viernes, 24 de octubre de 2014

EL FUTURO A LA BAJA



Los lectores que no sean aficionados al fútbol no creo que sepan que el Córdoba subió a primera división el junio pasado, bueno, quizá los cordobeses sí se hayan enterado. De hecho hacía ya más de cuarenta años que no jugaba en la máxima categoría y, a nivel local, ha sido un acontecimiento de primer orden.

Y digo esto para ponerles en situación. Juzguen ustedes. Sitúense. Una mañana en una tienda de móviles esperando el turno para las oportunas gestiones que no vienen al caso. Una señora intentado averiguar el funcionamiento de un móvil recién comprado. Una dependienta, con mucha paciencia, intentando explicar el funcionamiento de ese móvil recién vendido. Mientras, otros clientes esperábamos nuestro turno.

La espera se hacía eterna y un señor mayor, jubilado él, intentaba adelantar su gestión, en vista de las circunstancias, atendiendo a su origen. Por lo visto era cordobés y tenía que salir en unas horas hacia la casa de una de sus hijas. “No se preocupe, caballero. En cuanto le toque su turno le atenderé gustosamente” le indicó la señorita.

Al oír que era de Córdoba y, viendo que la alumna no era muy avispada y aún seguía intentando averiguar como buscar en los contactos para poder llamar a su segunda hija que iba a casarse el mes próximo, se me ocurrió entablar conversación con mi compañero de fatigas.
-          Estará usted contento. Ayer ganó el Córdoba.
-          ¿Contento? ¿Por qué iba a estarlo?
-      Pues porque ha subido a primera división después de mucho tiempo. Pero, claro, a usted no le gusta el fútbol, supongo.- Al decir estas palabras le cambió el semblante y se ofendió sobremanera.
-      ¿Que no me gusta el fútbol? Le digo, joven, que hace 43 años que mi equipo no vuelve a Primera. Lo hizo inicialmente a principios de los sesenta y estuvo seis años seguidos quedando en una ocasión 5º. Entonces jugaba con nosotros Reina, el padre del portero de la Selección, hasta que lo fichó el Barcelona. Y hasta nos entrenó Kubala. A principios de los setenta volvió a la máxima categoría, aunque sólo estuvo una temporada.
-          Veo que está muy puesto.
-      Claro que lo estoy, soy socio del Córdoba desde hace cuarenta años y no me borré ni cuando estuvo en Tercera.
-          ¿Entonces? No comprendo. ¿Por qué no está alegre?
-          Pues, porque el año que viene vamos a bajar seguro.

Iba a rebatirle. Pero tuve la gran suerte de que mi predecesora en el turno acabó con las interminables dudas. Realicé mi gestión rápidamente y salí a la calle dándole vueltas a la conversación con el jubilado cordobés.


Esta anécdota es puntual. Lógicamente es la excepción. Pero te hace reflexionar. Hay personas que no disfrutan pensando en el futuro. No saben vivir el momento, aunque sea efímero y piensen que, con seguridad, va a cambiar. La alegría de muchos se torna tristeza vislumbrando momentos amargos en días venideros.

Antonio Villaba

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