sábado, 11 de octubre de 2014

ABRE LA CASA DE LOS NAVAJAS EN TORREMOLINOS



 Fue mandada a construir por el churrianero Antonio Navajas Ruiz

Sus formas singulares sobresalen entre el hormigón de los bloques construidos a su alrededor en los últimos lustros. La Casa de los Navajas, el último gran edificio emblemático de Torremolinos y uno de los más espectaculares de toda la provincia, declarado de interés histórico en 1991 por la Junta de Andalucía, abrió ayer sus puertas tras una intensa labor de restauración. El palacete, de estilo neomudéjar, fue adquirido a finales de la década de los noventa por el Ayuntamiento torremolinense con la condición de que la última de las hijas de Antonio Navajas siguiera habitando allí tres años más. Ahora, más de una década y numerosos debates políticos sobre su uso después, el inmueble dejará de ser únicamente una excepcional estampa situada en pleno corazón de El Bajondillo y podrá ser visitado por vecinos y turistas.

Antonio Navajas dedicó su intensa actividad profesional al cultivo de la caña de azúcar, un negocio arraigado en buena parte de las parcelas del Marqués de Larios, ocupadas en la actualidad por el aeropuerto. Navajas amasó una pequeña fortuna en poco tiempo y dedicó aquel dinero a materializar uno de sus grandes sueños: construir una casa cerca del mar. Adquirió una finca vacía y encargó la realización de un palacete de estilo neomudéjar, un movimiento artístico y arquitectónico muy popular a comienzos del siglo XX. En 1925 ordenó la edificación del inmueble, conocido como la Casa de los Navajas y con características similares a otros levantados en aquella época, como la sede del Rectorado de la Universidad de Málaga o el mercado de Salamanca en El Molinillo.

El interior del edificio, patrimonio municipal desde hace más de quince años, ha sido remodelado para crear una sala amplia y ejecutar obras de fijación de las vigas de los techos, que presentaban un grave deterioro. El alcalde del municipio, Pedro Fernández Montes, que presidió la inauguración del palacete ayer por la tarde, destacó que los trabajos llevados a cabo «han requerido el uso de materiales de construcción que prácticamente ya no existen, por lo que ha habido que buscarlos y tratarlos de modo artesanal». La casa cuenta con dos plantas; la primera albergaba un amplio vestíbulo y varias habitaciones, y la segunda fue concebida como un mirador, con una amplia estancia y dos torres que permiten divisar el litoral malagueño.

La intención del Consistorio cuando recibió las llaves de manos de los nietos de Antonio Navajas era rehabilitar el inmueble para darle uso museístico, pero la limitación del espacio lo hizo imposible. Desde entonces, una misma pregunta ha sido objeto de interminables polémicas entre políticos y vecinos: ¿Cuál es el mejor destino para este impresionante edificio? La cuestión fue debatida en el último pleno del Ayuntamiento, celebrado el pasado jueves. La oposición insistió en conocer el uso que el Gobierno municipal piensa darle a la casa, remodelada bajo el ambiguo argumento de que albergaría «actos culturales». Fernández Montes aclaró que, además de acoger eventos de los que aún no se han dado detalle alguno, el palacete será sede de «bodas civiles y recepciones importantes».

Las visitas a la Casa de los Navajas tendrán un precio de dos euros, salvo para pensionistas, jubilados y menores de 12 años, que podrán acceder de forma gratuita. Durante las dos próximas semanas, casi un siglo después de su construcción, el palacete abrirá sus puertas sin ningún tipo de coste.

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