martes, 20 de mayo de 2014

COLUMNA DE OPINION.DE LA ESCUELA AL COLEGIO





Siento envidia de los profesores y maestros. Sí. Envidia sana, por supuesto. De hecho, en mi familia hay más de una persona dedicada a la enseñanza. Tengo que confesar que uno de mis sueños frustrados hubiera sido ejercer como tal, pero como las circunstancias son las que son  y además, son las que mandan, me he tenido que conformar con ganarme la vida de otra manera. Y no me quejo.

Quizá por eso, la cuestión educativa sea a menudo un tema recurrente para mí. Hace unas semanas hablamos en esta columna de la cantidad de reformas que llevamos padeciendo desde la llegada de la democracia y aquí estoy, de nuevo, para hablar del tema pero desde otro punto de vista: el lúdico.

El viernes pasado tuve la suerte de asistir a una exposición. No eran cuadros ni esculturas. “De la Escuela al Colegio” es una colección de objetos, documentos y fotografías de la época. Desde unos pupitres, hasta libros de notas. Un recorrido histórico durante el siglo XX por la educación de nuestro país, hasta finales del franquismo.

Así pues, mi mujer, maestra, y yo, nos adentramos en el Centro de Exposiciones de Benalmádena Costa al observar en el cartel anunciador el tema tan interesante. Para ser sinceros no pensábamos que la exposición fuera tan completa como luego pudimos comprobar. El recorrido por los diversos sistemas educativos, las materias que se impartían, los horarios draconianos, piezas y diversos materiales que jalonan el espacio expositivo constituyen un universo donde puedes viajar en el tiempo.

Aconsejo a los lectores la visita para recordar tiempos pretéritos. Aquellos en los que íbamos al colegio los sábados por la mañana; donde España se estudiaba por regiones y la Historia la aprendíamos de memoria sin olvidar, por supuesto, los reyes godos; donde la caligrafía era fundamental. Además, gracias al recorrido por los diversos materiales y, sobre todo, a través de las fotografías recordamos cómo era la vida en aquéllos años, su evolución. Podemos comprobar cómo la sociedad española ha ido cambiando de forma paulatina.

En las fotografías aparecen maestros como los Asensi o los Mañas, cuyas colecciones privadas son la base de esta muestra tan particular. Aulas repletas de alumnos de distintas edades mezclados o clases de gimnasia. Me resultó chocante recordar como a mitad del siglo pasado la educación femenina daba una gran importancia a las labores del hogar o ver objetos de doctrinas como el Nacional-catolicismo o la Formación del Espíritu Nacional.

Aunque los de mi generación no llegamos a conocer las plumas y tinteros, los tratados de urbanidad, ni los calentadores para paliar el frío, sí utilizamos otros como los pupitres donde nos sentábamos en nuestro primer colegio, “El Convento” o  las pizarras de la época, negras. Todos estos objetos escolares nos llenan de recuerdos y como la nostalgia es muy amiga a nuestra edad, les aseguro que pasarán un rato muy agradable si se deciden por esta visita.

Antonio Villalba

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