Los vecinos de Guadalmar no se lo creen.
Después de años viendo cómo sus aceras entraban en avanzado estado de descomposición, son muchos los residentes que daban la bienvenida al martillo hidráulico que les despertaba a las ocho de la mañana.
Ruido, calles cortadas y un polvo que entra hasta el salón no suponían una molestia si a cambio se cubría una de sus principales demandas desde hace años.
Pero la alegría duró poco.
Prácticamente el tiempo que los albañiles tardaron en levantar el pavimento antiguo para colocar las nuevas losetas.
Y es que muchos vecinos comprobaban cómo la nueva cota elevaba su altura y sus casas quedaban por debajo del nivel anterior a la obra.
Salida de agua.
Tratándose de Guadalmar, el problema pasa de lo puramente estético, ya que esta barriada es conocida por sus tendencias inundables.
Esta es una de las quejas de María Dolores Claros Guerra, cuya vivienda hace esquina con dos de las calles más afectadas por la nueva altura que han alcanzado las aceras.
"La zona del garaje es la más afectada. El desnivel que ha provocado el nuevo acerado impide la salida natural del agua", explica la vecina.
Como María Dolores, hay más residentes que han pedido explicaciones a los albañiles, aunque la respuesta se quedaba en un encogimiento de hombros acompañado de un "cumplimos órdenes".
En al esquina contraria de la calle, donde se localiza un residencia de ancianos, la situación es exactamente la misma que la de María Dolores.
Juan Luis Martín, propietario de la casa colindante, también comenta que ha sufrido un problema similar, aunque en la entrada principal de su vivienda.
Sin embargo, Martín asegura que el Ayuntamiento de Málaga se ha comprometido a subsanarle el error, así como a limpiarle una fachada que "estaba recién pintada antes de las obras".
"Esta obra era muy necesaria y va a mejorar mucho la urbanización, pero las cosas hay que hacerlas bien", apuntaba el vecino.
Uno de los casos más gráficos se encuentran en la calle Conde Lucanor, vía en la que las obras han concluido a excepción de una vivienda. Según se ha dado a conocer,el propietario se ha negado a que la acera de su casa sea repuesta por la nueva hasta que le den un solución a la nueva altura de la calle.
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