En la visita pastoral estuvo acompañado por el cura parroco de nuestra barriada Francisco Ruiz Salinas
El nuevo obispo de Málaga, Jesús Catalá, ha estado en Alhaurín de la Torre.
Ha sido dentro de las visitas o gestos que ha querido hacer.
Por ello el sábado día 20 a las 10 de la mañana llegó al Centro Penitenciario Provincial acompañado del vicario general de la diócesis Alfonso Fernández Casamayor, el vicario de la capital Francisco González y el ya cura párroco de Churriana Francisco Ruiz Salinas. A la puerta del penal esperaba su director Antonio Guerrero con el que el obispo charló en un encuentro privado durante 20 minutos para conocer la problemática de la prisión y la asistencia cristiana a los reclusos.
Como dijo después Guerrero, la prisión provincial está muy bien atendida por la Iglesia Católica pues cuenta con dos capellanes así como pasan habitualmente los curas de Churriana y Alhaurín de la Torre, también eran frecuentes las visitas del anterior obispo, Antonio Dorado Soto. Además del clero semanalmente acuden a la prisión voluntarios de Cáritas y de la Pastoral Penitenciaria. Hay celebraciones especiales para Navidad y el Día de la Merced.
Tras la reunión entre el director del centro y el obispo, se preparó en el salón de actos un encuentro con unos 200 internos y voluntarios de la pastoral. Allí se celebró la Palabra de Dios con una lectura del Evangelio de San Lucas (Lc 1,26-38) y Monseñor Catalá dio un sermón a los presentes.
Don Jesús dijo que venía a verles pues no podían salir y no quiso quedarse en el atril preparado para la ocasión, sino que micrófono en mano donde parecía más cómodo, conversó con los reclusos realizándole preguntas para explicarles el sentido de la Navidad y el amor a Dios. “Por amor al otro renunciar a mi capricho, es lo que nos enseña Jesús y la Virgen y pedimos a Dios fuerza de voluntad para cumplirlo”, dijo.
Finalizada la homilía uno de los capellanes recordó que el pasado 22 de diciembre es el cumpleaños del obispo y así le sorprendieron cantándole Feliz Cumpleaños, lo que agradeció Monseñor Catalá diciendo que le pusieron por nombre Jesús porque le bautizaron el día 24. Seguidamente el obispo animó a los reclusos diciéndoles que “la libertad humana no se pierde nunca”, y terminó el acto saludando amigablemente a todos los que quisieron acercarse a él, formándose un buen grupo que querían hacerse fotos con el obispo.
Seguidamente continuó la visita para conocer el resto de instalaciones del centro, como enfermería, módulos de mujeres y jóvenes, para terminar saludando a los voluntarios de la Pastoral Penitenciaria y Cáritas que habían acudido también para conocerle.
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