Tablets hay para todos los gustos y según las necesidades, y
no vamos hacer de este artículo ningún postulado sobre el tema, pero una cosa
es cierta: cada compañía se esfuerza por marcarse un reto, igualar o superar
prestaciones de la competencia a la vez que
minimizar precio. Se ha llegado a un punto que es difícil innovar. Por
citar algunas clases: Samsung Galaxy, Nexus de Google, Surface de Microsoft...
Son las más solicitadas según el sistema preferido: Android, Blackberry o Windows
8. Estamos hablando de 10, 8, 7 o hasta 4 pulgadas. Comprar una tablet supone
perderse en un mundo de números y letras. Sus características: rapidez,
funcionalidad táctil con sensores inteligentes, cómodos de manejar, el poco
peso o tamaño o la capacidad de memoria.
Todas ellas hacen que sea una herramienta
adorada en muchos hogares para leer, ver vídeos, trabajar… Un regalo
estrella para estas Navidades. Pueden encontrarse desde algo más de 150
euros a casi 900, como es el caso del
más sofisticado iPad Air o 5 (también en mini), casi la mitad de ligero, con
pantalla retina (lo que el ojo ni ve) y más potente que el de cuarta
generación. Pensado para esas personas que necesiten del internet con frecuencia y en cualquier sitio,
con unas cualidades técnicas de envidia
y muchas aplicaciones. Ha sido la gran apuesta de Apple. Un dispositivo o gran
invento a caballo entre el iPod y el iPhone.
Las tablets suponen todo un mundo abierto a nuevos avances
y, por lo pronto, se han convertido en el recambio del ordenador o portátil de
nuestras casas. En 2014 se espera que tengan acaparado el 50% del mercado.
Podemos decir que en estos dispositivos no existe la crisis y en conjunto su
venta es más fuerte que nunca.
Cuando una compañía
quiere recuperarse en sus ventas, crea algo diferente. Y este es el caso de
Microsoft, el gigante tecnológico. Para terminar, una noticia curiosa que me ha
llamado la atención (más que los propios datos que varían constantemente en
función de la demanda), una especie de café-digital abierto en el centro de Berlín (foto), algo
único donde además de tomar algo y/o conectarse al mundo se pueden probar las
tablets , X-Box o teléfonos con Windows Phone; en suma, sus dispositivos. Allí
se pueden ‘probar sus productos’, pero no comprar, con una atmósfera que invita
a conocer lo último en tecnología.
Un nuevo concepto de estas características ha nacido en
Europa y su claro propósito de ganar cuota de mercado es evidente, pero la
forma de plantearlo cuanto menos es bastante original.
Marisa Arias Ratón
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