lunes, 26 de agosto de 2013

AENA, MEDIANTE UNA CARTA DEL DIRECTOR DEL AEROPUERTO,PONE REPAROS AL PARQUE FLUVIAL QUE PROPONE EL AYUNTAMIENTO DE ALHAURIN DE LA TORRE, PARA SALVAR LA CIUDAD AEROPORTUARIA QUE PRETENDEN CREAR



El parque fluvial junto al Guadalhorce que plantea el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre para salvar los reparos ambientales que la Junta pone al proyecto de la ciudad aeroportuaria se ha topado con un tercer protagonista en discordia: Aena. El director del aeropuerto de Málaga, Salvador Merino, ha remitido una carta al alcalde de la localidad, Joaquín Villanova, en la que expresa su «preocupación» por las consecuencias para la seguridad aérea que podrían derivarse del corredor verde previsto para garantizar la preservación de la aves que habitan en el entorno del río (el escribano palustre y el carricerín cejudo). En la misiva, a la que ha tenido acceso este periódico, el responsable del aeródromo advierte del «grave peligro» que representa la presencia de aves en el entorno de las pistas, hasta el punto de recalcar que «en los últimos años el riesgo de incidentes de las aeronaves con las aves se ha visto incrementado, principalmente en el caso de especies pequeñas y medianas».

En este contexto, el director del recinto aeroportuario también se encarga de recordar que el decreto aprobado en abril por el Gobierno para modificar las servidumbres aeronáuticas contempla «la limitación de actividades que puedan suponer un peligro para las operaciones aéreas, haciendo mención expresa a las actuaciones que puedan estimular la actividad de la fauna en el entorno de la zona de movimientos».

Desde el Ayuntamiento de Alhaurín ya se han encargado de dar cuenta de la carta a la Consejería de Medio Ambiente con un claro objetivo: reforzar su tesis de que «al ser un peligro para el propio aeropuerto, la excusa de querer preservar las aves ya no vale» para bloquear la creación de la ciudad aeroportuaria. Un proyecto que permitirá desarrollar 3,8 millones de metros cuadrados de superficie comercial, tecnológica e industrial vinculadas a la actividad del aeródromo, con una inversión privada de 200 millones de euros, un desembolso público de otros 52 y la creación de 25.000 empleos directos y unos 80.000 indirectos en un plazo de entre 10 y 15 años. «Seguimos esperando que la Junta se pronuncie, porque hablamos ya de un retraso de tres años y no es ni mucho menos tolerable», afirma Villanova, quien asegura que ya se ha presentado «toda la documentación que han pedido, informes y estudios de todo tipo, más que suficientes para demostrar que el proyecto se adapta perfectamente a las exigencias medioambientales». En este sentido, el regidor municipal asegura que «la presencia de las aves sigue sonando a excusa, porque no se pusieron esas trabas cuando se amplió el aeropuerto».

Por su parte, desde la Junta consideran que el parque fluvial no afectaría al aeródromo porque los pájaros ya están en la ribera del Guadalhorce. «No se va a crear un nuevo hábitat ni un criadero de aves, solo preservar lo que ya hay», subraya el delegado territorial de la Consejería de Medio Ambiente, Javier Carnero. En cuanto a las críticas desde el Consistorio alhaurino, el dirigente autonómico reitera que «el verdadero problema de la ciudad aeroportuaria no son las aves, sino la inundabilidad de la zona».

Inundabilidad

Se refiere Carnero al informe de la Agencia Andaluza del Agua que considera inundables un tercio de los terrenos más próximos al cauce, un documento que contradice incluso el plan urbanístico de la Junta para el área metropolitana de Málaga (Potaum) aprobado en 2009 y que dibuja en esta misma ubicación un área de oportunidad para usos terciarios y complementarios a la actividad del aeropuerto. Desde Medio Ambiente argumentan que las discrepancias se deben únicamente a que las valoraciones pueden variar cuando se trabajo con planos a una escala inferior a la del Potaum, pero en el Ayuntamiento lo tienen claro: «Lo único que hemos hecho ha sido ajustarnos al terreno que la misma Junta reservó, por eso no se entiende que ahora tengamos que andar con tantas justificaciones y, encima, no nos respondan mientras seguimos desaprovechando una oportunidad única que ya ha despertado el interés de inversores internacionales», recrimina Villanova.

Elevando el tono, el alcalde de Alhaurín tira incluso del agravio con Sevilla: «La Junta no quiere que Málaga avance. En Sevilla se hacen todos los esfuerzos necesarios, de forma que si hay que profundizar y dragar el Guadalquivir para llevar cruceros a Sevilla se hace, y si hay que pasar o cambiar lo necesario para las protecciones de la Unesco para permitir el rascacielos en Sevilla se hace. Mientras el centralismo sevillano no cambie, Málaga seguirá frenada».

Aun así, desde el Consistorio proponen como solución elevar la cota del suelo todo lo que sea necesario para evitar ese riesgo, tal y como se hizo para construir el centro comercial Plaza Mayor. Una alternativa en principio válida para la Junta, aunque con un matiz: «Tendría que contar con el visto bueno del Ayuntamiento de Málaga, ya que al subir la cota el riesgo de inundabilidad se trasladaría a la otra ribera».

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