Iban a reventar literalmente el cajero automático; y lo hicieron, aun jugándose la vida con el método utilizado: provocar una explosión de gas.
Los hechos tuvieron lugar a las 23.35 horas del pasado viernes día 22, en la sucursal de Unicaja situada en la calle Gerald Brenan, en el Polígono del Guadalhorce.
Fue el lugar elegido para actuar.
Según fuentes policiales, los delincuentes introdujeron gas en el habitáculo en el que estaba el cajero, y sin pensar en las posibles consecuencias, provocaron la explosión con el fuego de un soplete, que pasó a través de la rendija de la puerta.
La deflagración arrancó de cuajo el cajero automático, y lo despedazó.
Ayer mismo se podía ver en la calle el estado en el que había quedado.
También ocasionó otros destrozos, como la rotura de cristales y el desprendimiento de parte del techo.
No obstante, los ladrones no pudieron acceder a la caja fuerte, y lo único que consiguieron llevarse fue uno de los tres cajetines desde los que la máquina expende el dinero.
Según fuentes policiales, el botín no pudo ser muy cuantioso.
La explosión provocó que hasta el lugar del suceso se desplazaran, además de agentes de la Policía Científica, efectivos de los Tedax, ya que en los primeros momentos se desconocía a qué causa respondía la deflagración.
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