En estos días que han quedado atrás, en algunos medios de
comunicación se ha oído información sobre cómo borrar nuestro rastro de
internet. De lo que no hay duda es de que nuestra privacidad es el más preciado
tesoro, a la vez un derecho, y si se
divulga puede llegar a hundir a una persona o su carrera.
Desaparecer de la Red es un proceso
bastante difícil que no llega a ser de un día para otro precisamente. Hay
empresas que por un precio de alrededor unos
100 euros pueden hacerlo.
Hay un dato relevante y polémico. ¿Quién
en realidad debe retirar la información, el que lo divulga o el que lo lanza?
En este caso el problema atañe al segundo.
Hay que tener en cuenta estos tres
grandes pilares que nos sostienen en
internet como un escaparate. Si de ellos se logra desaparecer, nuestro rastro
se perdería
-Darse de baja en todas las cuentas de
redes sociales.
-Hacer lo mismo si se publica un blog o
se opina en artículos de algunos medios. Estos, a veces, no se prestan a la
labor tan fácilmente por cuestión de veracidad.
-Buscarse uno en Google, dando cuenta de
nuestra identidad y solicitar un
‘borrado’. Así irá desapareciendo poco a poco nuestro rastro.
Marisa Arias

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