miércoles, 15 de enero de 2014

IMPULSAN UN GRAN COMPLEJO HOTELERO EN CHURRIANA



Algo parece empezar a moverse en el urbanismo. A cuentagotas, los proyectos aletargados en el tiempo aprovechan el inicio del año y los mejores augurios sobre la economía para iniciar el diseño de la que será, bien es cierto, una hoja de ruta con varios años por delante. El ejemplo más palpable de esta revitalización es el sector de La Cizaña, parcela de unos 226.000 metros cuadrados que marca la frontera con  Torremolinos. La propiedad de este suelo, las empresas Torre Golf y Torre Playa, da los primeros pasos en el objetivo de levantar dos grandes complejos hoteleros de alta calidad, así como usos comerciales y productivos.

La firmas presentaron recientemente ante la Gerencia de Urbanismo el plan parcial, instrumento que debe ordenar los usos permitidos en el actual Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de la ciudad. Si bien el día en que se pase del escenario de los planos a las máquinas se antoja aún lejano, la realidad es que la tramitación por parte de estas firmas supone ya un avance considerable en una industria, la del ladrillo, estancando desde el inicio de la crisis económica.

Carlos Álvarez Caro, administrador único de las dos empresas propietarias, dedicadas a la compraventa de terrenos, edificios y fincas, confirmó el inicio de la tramitación y los contactos con los técnicos de Urbanismo. De acuerdo con sus explicaciones, así como la de los técnicos responsables de la redacción del plan parcial, la parcela será segmentada en cuatro grandes espacios, dos de ellos hoteleros, otro comercial y otro productivo.

"La idea es que queden dos parcelas de grandes dimensiones para uso hotelero", expuso Álvarez Caro. La primera de ellas estará localizada en primera línea de playa, tocando al paseo marítimo procedente de Torremolinos; la segunda, en la sección de la parcela más cercana a la autovía. En ambos casos, apuntó, "la pretensión es que alberguen establecimientos de cuatro o cinco estrellas". Cabe recordar, no obstante, que las previsiones urbanísticas iniciales para este suelo no eran de uso hotelero, sino residencial, elemento que varió ante la incidencia de la huella sonora del aeropuerto de la capital.

Las dimensiones de las reservadas ponen de relieve la envergadura de la actuación. El suelo destinado al hotel más próximo al mar tiene 22.328 metros cuadrados de superficie, con 18.119 de techo edificable; la otra, tiene 22.934 metros de suelo y 19.484 metros de techo. "Estamos hablando de hoteles estilo resort, con un máximo de dos alturas y un concepto innovador", añadió el administrador de las dos sociedades.

No obstante, no oculta que dado el estado inicial del trámite no hay acuerdos ni negociaciones con empresas interesadas en el desarrollo y explotación de los futuros establecimientos. De acuerdo con las estimaciones de los promotores, es posible que el plan parcial cuente con aprobación definitiva en el plazo de un año, hito al que le seguirán la redacción del proyecto de urbanización y el de reparcelación.


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