viernes, 3 de enero de 2014

COLUMNA DE OPINION. ULTIMA PARADA:CHURRIANA



Escritorio de Hemingway en La Cónsula
La Finca de La Cónsula, jardín botánico de Churriana, era antiguamente un palacete vivienda privada de forma rectangular, doble planta y columnas de mármol que recuerdan las grandes haciendas del sur de EE UU. Hoy está dedicada a la hostelería. Fue la última estancia de Ernest Hemingway, premio Nobel de Literatura en 1954. Este enclave le sirvió al escritor para preparar el artículo que le pidió la revista ‘Life’ sobre dos toreros reconocidos del momento,  Antonio Ordóñez y su cuñado, Luis Miguel Dominguín. Una crónica taurina e irónica que dio pie al libro ‘El verano peligroso’. La Cónsula era entonces propiedad de un americano, Bill Davis. Hemingway disfrutaba con sus  amistades y le gustaba viajar y rodearse de ellas. Esta finca se sitúa en la carretera en dirección a Alhaurín de la Torre y pertenece al término municipal de Málaga.

Fue comprada por el Ayuntamiento de Málaga a la viuda de Davis hace ya 40 años, pero fue residencia del gran escritor norteamericano en 1959, curiosamente dos años antes de que se suicidara. Tiene una superficie de diez hectáreas llenas de exóticos y ornamentales jardines y habitaciones espaciosas. En la actualidad es sede de La Escuela de Hostelería de Málaga, en un nuevo capítulo para esta gran finca con historia. 

Originalmente, en 1807, era conocida como Hacienda San Rafael y ahora está integrada en el Patronato Botánico Municipal de Málaga. Así la describió Hemingway:

’’Comíamos estupendamente y bebíamos bien. Nos dejábamos en paz unos a otros y, cuando al levantarme por la mañana salía al balcón que recorría toda la fachada del segundo piso y miraba por encima de los pinos del jardín hacía las montañas y el mar al tiempo que se oía silbar al viento entre los árboles, entonces comprendí que nunca había estado en un sitio más hermoso. Era ideal para trabajar y comencé a escribir en seguida”.


Marisa Arias Ratón

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