sábado, 2 de noviembre de 2013

COLUMNA DE OPINION:LOS CHURRIS



Me ha ofrecido un buen amigo escribir en su medio. No sé, exactamente, lo que espera de mí y, sobre todo, qué espera que cuente. Igual, cuando lea este artículo, me envía un mensaje preguntándome por mi familia y aprovecha para comentarme que mejor que lo deje, que me voy mucho por las ramas. Así que, seré directo y hablaré sobre el tema de la semana. Supongo que tendrá que tratar de Churriana. He ahí el problema. Bendito problema. Este amigo, es el director de elmiradordechurriana.blogspot.com., prácticamente ha estudiado y tratado sobre casi todo lo referente a nuestro pueblo, por tanto no voy a ser muy original.  

Aún así lo intentaré. Para ello he decidido hablar sobre un fin de semana de hace 15 años. Esta repentina idea me ha llegado al ojear el álbum de fotos de este pasado verano. Sí, así es. Estuve de vacaciones en Euskadi y una de las ciudades que visité fue Vitoria. Preciosa, encantadora y sorprendente. Allí, en la Plaza de España un domingo de agosto de este año, recordé una situación vivida una década y media antes, pero en la Plaza Mayor de Madrid. 

El fin de semana de todos los santos del año 1998 lo pasé en la capital del reino. Entonces, hacía apenas un mes que se utilizó el euro de manera experimental en Churriana. Fue durante cuatro días del otoño (del 30 de setiembre al 3 de octubre), supongo que muchos de ustedes lo vivieron con alegría y devoción. Salíamos en los telediarios autonómicos y nacionales, en los periódicos locales copábamos portadas, nos sentíamos importantes y señalados. Todo aquello nos subió la autoestima, muchos de nuestros vecinos se vieron fotografiados junto a Rodrigo Rato, Ministro de Economía y Hacienda del momento, que se acercó a nuestra barriada para acompañar a la, entonces, alcaldesa de Málaga, Celia Villalobos y juntos hicieron compras con la nueva moneda. 

En fin, va a ser verdad lo que dicen mis hijos, que me enrollo demasiado. Yo quería reseñar que aquella experiencia de hace quince años dejó para la historia a “los churris”. Esas monedas que durante unos días utilizamos en nuestro pueblo tanto nosotros, como los visitantes que vinieron a curiosear, o a completar la colección numismática que se había puesto en marcha para la ocasión y que, sólo un mes después, había multiplicado su precio casi por seis.

Aquel domingo de noviembre de hace 15 años que ha vuelto ahora a mi memoria,  de visita por Madrid, había recalado en su espléndida Plaza Mayor en plena ebullición matinal. Se celebraba el  mercado de sellos y monedas. Curioseando por los puestos sonreí al escuchar:  Tengo la de Lisboa y los churris. Los churris a tres mil quinientos”.  Conversé con vendedores que se alegraban al saber que yo era de Churriana, me dijeron que alguno se había venido de allí con un coche nuevo (serían los que hicieron acopio en los distintos puntos abiertos al público). También me ofrecieron la hoja conmemorativa donde guardar las monedas, aunque en ella habían añadido la de tres euros, que no se acuñó en la simulación. Al final, opté por comprar una carterilla donde aparece los ocho huecos de las monedas que se habían utilizado realmente. 

                Pues bien, retomando mi viaje de este pasado verano, fui yo el que me acerqué a un puesto de venta numismático, pero en la capital alavesa  y pregunté por el euro de Churriana pensando que ya ni siquiera lo conocerían. Tal fue mi sorpresa al enterarme que aún están en circulación, concretamente, el precio en ese puesto era de 60 euros. Pienso que podría haber regateado, pero no era mi intención hacerlo puesto que cuento, aún, con la colección conseguida aquel 1998.

Después de haber redactado estas líneas recuerdo que, hace un par de años, se volvió a hablar del tema, a raíz del monumento al euro de Fernando Wilson de la glorieta a la entrada de la Carretera de Coín, lo que me confirma que no estaba tan olvidado como había pensado en un primer momento. Así que, aquí está mi primer artículo. Frente a ustedes, seguidores de este blog. Aquel acontecimiento, que fue pionero en su día, mezclado con mis sentimientos churrianeros y mis vivencias viajeras.

Antonio Villalba Moreno





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