lunes, 6 de julio de 2009

LA CHURRIANERA LAURA BRINKMANN SE HACE UN HUECO EN EL PROGRAMA DE PHOTOESPAÑA



La joven creadora participa en el certamen madrileño con la exposición 'Cosecha amarga', un proyecto sobre la situación de los invernaderos.

Todo empezó como una cuestión estética. Le había llamado la atención el cambio en el paisaje, la variación en los colores, de la tierra rojiza al fulgor metálico de las carpas de plástico. Incluso las formas cambiaban: los cilindros abundaban en la cercanía, sobre todo en la Axarquía y la costa de Granada, pero se iban extendiendo, aplanando, conforme avanzaba hacia el Este. Hasta llegar a los mares de plástico de Almería.

En el tórrido verano de 2005, Laura Brinkmann cogió su coche y su cámara de fotos y se marchó en busca de los invernaderos andaluces. Así nació su proyecto 'Cosecha amarga', quince imágenes a medio camino entre la poesía visual y el realismo crítico que empiezan a colgar de las paredes de la Galería Evelyn Botella.

La exposición se inauguró recientemente y forma parte del Festival Off de PhotoEspaña, el encuentro más prestigioso de los que se dedican en el país a la imagen fija y en movimiento. En esta décimosegunda edición, Brinkmann toma el relevo de Cristina Martín Lara, que el año pasado se erigió como la única firma de la provincia en el certamen.

Así, Laura Brinkmann presenta por primera vez su obra en Madrid. Entra por la puerta grande, la más grande que se puede encontrar en el ruedo nacional para quienes se dedican a la fotografía. «Ha sido una sorpresa y una ilusión muy grande», comienza la joven creadora desde la capital madrileña.

Sobre lo cotidiano

Brinkmann da los últimos retoques al montaje, que permanecerá abierto hasta finales de julio. Se trata de una de las 72 exhibiciones que incluye este año PhotoEspaña.

En total, 248 artistas de 40 nacionalidades se reparten 60 espacios expositivos. El tema central del evento es 'Lo cotidiano'. Y ahí aparece, por ejemplo, Juanito, el inmigrante que pone título a una de las fotografías de Brinkmann.

Ella misma cuenta la historia de la imagen: «Iba con el coche buscando un sitio donde colocar la maqueta y de repente me encontré un grupo de casitas de colores. Era algo así como Cuba y me detuve para hacer algunas fotos. Fui preguntando por el pueblo, era La Mojonera, pero nadie quería posar, hasta que me encontré con este trabajador inmigrante. Me dijo que se llamaba Juanito y me contó cómo había llegado hasta Almería».

En la imagen, Juanito aparece junto a la maqueta a la que Brinkmann hace referencia.

Se trata de una reproducción a escala de uno de esos invernaderos. Una pieza de tres metros de largo construida por la propia Brinkmann, iluminada en su interior por la creadora malagueña para «buscar el contraste entre la luz natural y la artificial».

Poemas en árabe

Además, en 'Juanito' esa carpa inmaculada aparece pintada con un poema en árabe. «Son unos versos sobre el dolor y la ausencia. Me parecieron muy adecuados para lo que quería mostrar», apostilla Brinkmann, que añade: «Con la inclusión del invernadero a escala quería hacer algo parecido al 'land art', integrar las creaciones en el paisaje».

¿Y cómo llega una joven artista de una ciudad periférica, con apenas un puñado de exposiciones individuales en su haber, a un evento como PhotoEspaña? Ella misma lo cuenta: «Uno de los socios de la Galería Evelyn Botella tiene una casa en Málaga y visitó el año pasado la exposición 'Volutas' que presenté en el Centro Cultural Provincial. Le gustó y se pusieron en contacto conmigo. Vinieron a casa, vieron mi trabajo... ¡Y aquí estamos!».

Al final, los responsables de la galería no se decantaron por esa serie sobre las volutas del humo, sino por 'Cosecha amarga', un trabajo anterior que casa mejor con el tema central de la presente edición de PhotoEspaña.

«El proyecto tiene una parte documental y otra más experimental. La primera surge con las imágenes de los trabajadores, de los paisajes y los invernaderos de Málaga, Granada, Almería y Murcia; mientras que la experimentación la aplico con la maqueta iluminada, insertándola en algunos de estos paisajes», argumenta la fotógrafa malagueña.

Asimismo, el montaje de la Galería Evelyn Botella ofrece el aliciente de reunir por primera vez todas las obras del proyecto 'Cosecha amarga'. «Es una serie de trabajos que nunca se ha visto completa», apostilla Brinkmann, que realizó estas creaciones antes de centrarse en el humo como elemento compositivo.

A esa etapa corresponden, por ejemplo, las exposiciones que protagonizó Brinkmann en el Centro Cultural Provincial o en la galería antequerana Casaborne. Dos exhibiciones que elevaron de manera notable la relevancia de su trabajo. Tanto es así, que ahora la joven autora malagueña da el salto a PhotoEspaña, al tiempo que afronta nuevos retos.

Cambio de rumbo

«Hasta hace poco quería seguir trabajando con el humo como elemento compositivo. Me interesaba el humo como vía para explorar conceptos como la visibilidad, las diferencias entre realidad y ficción o el poder de las apariencias», rememora Brinkmann. Incluso tenía previsto explorar con más detalle formatos como la instalación o el vídeo (ya presentes en la exposición de Casaborne) tomando ese mismo humo como hilo conductor.

Sin embargo, la hija del artista Enrique Brinkmann adelanta un cambio de rumbo en su obra: «Ahora estoy trabajando con imágenes de ruinas arquitectónicas... Es verdad que pretendía seguir con el humo, pero creo que voy a cambiar de registro», concede con timidez. Habrá que estar atento.

No hay comentarios: